Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Migoya, como el sol



Le tomo prestada la crónica y las fotos a Barbarita. Juan Carlos Migoya, camarógrafo de la televisión matancera, acaba de fallecer. El cáncer se empeña en arrebatarnos más vidas de gente buena. Hace solo un mes estuve hablando con él cerca de una hora. Coño, !tenía tantas ganas de vivir, aún cuado sabía que la vida se le escurría!

Barbarita le llama sol, y eso era... un sol.

Así voy a recordarlo siempre, con franca sonrisa y la cámara en mano, dispuesto a captar la imagen precisa, casi perfecta...

Por eso no fui a su encuentro cuando supe que su rostro se inflamaba y que luchaba por la vida a pesar del cáncer infernal.


Aquel domingo infeliz en que me llamaron a la casa para decirme que Juanquy estaba en el hospital de Versalles, con una sospecha de tuberculosis, desobedecí las órdenes del médico y me le planté delante de la cama. Sin pensar en el contagio eché mis brazos sobre su cuello y sugerí no exasperarse y tener en cuenta todos los diagnósticos, confrontar criterios especializados y cumplir al pie de la letra las indicaciones médicas.


Cruzamos los dedos, Yosvany Albelo y yo, el día en que por más de tres horas estuvo en cirugía y extirparon aquel tumor del pulmón, del cual evolucionó favorablemente. Hay células malignas que se multiplican y arrastran por el organismo del ser humano.


Noviembre vuelve a llevarse a otro de los buenos amigos. Ya lo hizo con Jorge Luis, Nelson Barrera y ahora, de sopetón la noticia que trajo Aurora con ojos enrojecidos, y mutilada  voz: “murió Migoya, el entierro es a las cinco de la tarde…”


Barbarita con Migoya, hace unos cuantos años
Reviso archivos y aparecen, claro está, fotos en coberturas periodísticas, juntos. Miro en el tiempo  y nos encuentro en la lucha que iniciamos por el regreso del niño Elián a Cuba,  bajo  las lluvias del huracán Michelle, escuchando la visión de futuro de Fidel, mientras los vientos destrozaban los cristales, en Varadero. Con el agua a la rodilla, buscando noticia y salvando a la gente de la inundación en Alacranes, ese pueblito que ni siquiera a aparece en el mapa. Dando “manigueta” a un teléfono de magneto para avisar de una imagen urgente para el noticiero…


Juanquy te vas sin despedirte. ¡Coño! ¡Cómo duele tu partida antes de tiempo! ¿A dónde irán parar todas las cosas que faltaron por hacer?


Cómo lastima saber que tus últimos días fueron grises, cuando siempre fuiste… ¡eres  sol!

Autora: Bárbara Vasallo Vasallo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor... comentarios maduros, inteligentes y respetuosos...