Lejos ya del día en que quedara para la historia el sobrenombre más empleado de cuantos arrastra Matanzas, la tricentenaria urbe conocida también como la Ciudad de los Puentes o la Venecia de América, se debate entre las huellas que el tiempo ha dejado en sus vetustas construcciones y la lucha por salvar una tradición de buena cultura.
Para quienes dudan que Matanzas aún merezca el título de Atenas de Cuba vale recordar que aquí conviven en sana armonía varias de las principales glorias de la cultura cubana actual de la literatura, la plástica, la música y la danza.
Vale mencionar a la poetisa Carilda Oliver Labra, que junto a Fina García Marruz constituye la leyenda viva más grande de la literatura cubana actual. Junto a ella enaltecen nuestras artes Abelardo Estorino, Luis Lorente, Teresa Cárdenas y Jesús del Castillo, por sólo citar algunos.
Pero a ellos, sumamos el movimiento de jóvenes escritores que lideran el horizonte literario actual, como Laura Ruiz, José Manuel Espino, Yanira Marimón, Karel Boffil o Leymen Pérez, entre otros.
Están Danza Espiral, un grupo que mantiene a golpe de voluntad Liliam Padrón; el coro de Cámara de Matanzas, bajo la batuta del maestro José Antonio Méndez, uno de los mejores de Cuba; y la Orquesta Sinfónica de Matanzas, que a pesar de la demora interminable en la reparación de su sede en la Sala White, acaba de grabar un CD.
En la guitarra contamos con Ildefonso Acosta, uno de los mejores en su ejecución en el país; el cuarteto Fantasía, que dirige el también maestro Alberto García y los legendarios Afrocuba y Muñequitos de Matanzas, este último nacido hace 59 años en uno de los barrios marginales de esta ciudad, La Marina.
A fuerza de trabajo sobresalen también los grupos de teatro Icarón, al frente del cual se mantiene la actriz Miriam Muñoz; el Mirón Cubano y Teatro de Sur, el último, de Unión de Reyes, agrupaciones donde el amor a la profesión se pone siempre por encima de las condiciones materiales.
Icono en el teatro de títeres, Matanzas se enorgullece de contar en sus filas con René Fernández Santana, director del grupo Papalote y maestro de otro grande, Rubén Darío Salazar, quien no para de triunfar en Cuba y en el mundo con su Teatro de las Estaciones.
En la plástica brillan figuras como Agustín Drake, Manuel Hernández, Wiliam Hernández Silva, Javier Dueñas, Sergio Roque, Roberto Braulio, Juan Manuel Vázquez…, lista que se haría muy larga si la completáramos.
En Matanzas contamos además con el primer museo fundado por la Revolución, el Palacio de Junco; el de la Botica Francesa, único de su tipo en América y las antiguas fortalezas El Morrillo y el Castillo de San Severino, instalaciones conservadas en óptimas condiciones y sedes de sendos museos, ambos en los extremos de la entrada de la bahía.
Tenemos los matanceros uno de los teatros más bellos de Cuba, el Sauto, que aún cerrado por una reparación general, nos sigue identificando; la estatua de Martí que más se parece al Héroe Nacional, y que se yergue en medio de la parque de La Libertad; la remozada Ermita de Monserrate, que desde las alturas de Simpson domina toda la ciudad y el René Fraga, quizás el más majestuoso de los parques que existen en Cuba.
Única en el mundo tenemos a la editorial Vigía, con sus libros confeccionados a mano, cada uno considerado una obra de arte, y que tiene en sus filas uno de los mejores diseñadores cubanos, Rolando Estévez.
Herederas de las famosas tertulias de Domingo del Monte, tenemos hoy la de Carilda o la Invitación entre Puentes, que inundan con su espíritu conciliador al Palacio de Junco.
Pero si de eventos se trata, hay que hablar de Danzandós, un concurso nacional organizado por Danza Espiral; el Festival Internacional de Títeres, de Papalote o el Festival Nacional de Teatro Callejero, que promueve El Mirón Cubano.
En Matanzas tenemos también el Salón provincial de la Plástica Roberto Diago, la feria Puro Arte, de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, institución dirigida por Luis Octavio Hernández, un humanista que ha integrado con una naturalidad increíble la artesanía al arte.
Si algo duele de Matanzas no es su cultura, que permanece viva y activa, sorteando dificultades económicas y mentes cerradas, sino el avanzado estado de deterioro de su centro histórico, que parece no soportar más el paso del tiempo, que nunca perdona.
La considerada como la primera ciudad moderna de Cuba adolece de un plan intensivo de restauración, que posibilite devolver a su parte antigua el esplendor de los años cuando fue denominada la Atenas de Cuba. Limitaciones materiales impiden afrontar un programa de tal magnitud, que contemple reparaciones capitales de la mayoría de las edificaciones de la llamada por los especialistas, la manzana de oro de la arquitectura matancera.
La Atenas de Cuba, ciudad que sigue mereciendo ese título y cuyos hijos no cejan en su empeño de hacerla brillar, precisa ya, sin más demora, de ayuda. Es tiempo de salvarla, de no dejar que muera sin solución otro edificio histórico. Basta ya de apuntalar por décadas, de demoler o de dividir viviendas centenarias.
Acompañemos a hombres como el historiador de esta ciudad, Ercilio Vento, al arquitecto Ramón Recondo o al ingeniero civil Luis González Arestuche y tantos otros hombres preocupados, en su empeño por despertar conciencias y conseguir apoyo.
Los matanceros queremos una Atenas viva, pero a la vez hermosa, una ciudad que podamos mostrar al mundo como lo que somos: la Atenas de Cuba.
Una vista panorámica de la ciudad de Matanzas |
Carilda Oliver Labra, la novia de Matanzas |
Liliam Padrón, de Danza Espirla y Rubén Darío, de Teatro de Las Estaciones |
Teatro de títeres Papalote, del maestro René Fernández Santana |
Miriam Muñoz, otra de las grandes del teatro matancero, actriz y directora del grupo Icarón |
Manuel Hernández, Premio Nacional del Humor y de Periodismo José Martí |
Rolando Estévez, diseñador matancero, parte de la aditorial Vigía |
El teatro Sauto, Monumento Nacional, actualmente cerrado por reparaciones Escuche este trabajo en audio |
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