Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

jueves, 17 de octubre de 2013

Nido de talentos y locuras: recuerdos de la Vocacional de Matanzas

Hace 11 años, trabajando en el periódico Girón, el entonces subdirector Norge Céspedes me pidió un reportaje por el aniversario 25 del Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas Carlos Marx. Fácil, le dije. Y por dentro se movió el orgullo de poder contar, yo que había pasado por sus aulas, todo lo grande de esa escuela, marcada a la vez por las carencias y las alegrías.

Pero al llegar a la escuela la encontré desierta. "Tuvieron que dar pase general porque no hay agua desde hace muchos días", me dijo algún directivo. Regresé el martes, suponiendo que los muchachos debían entrar el lunes a la escuela, pero nada, seguía cerrada por falta de agua.


El trabajo debía hacerlo contrareloj. Entonces Norge me sugirió que escribiera una crónica a partir de mis propias experiencias. !Quién mejor que tú que estudiaste ahí!, me retó. Apesadumbrada, porque no haría el soñado reportaje, el género de géneros, en honor a mi escuela, me puse a escribir algo.

Tras dos o tres correcciones y la eliminación de algunas frases duras salió esto que comparto con ustedes, y que me granjeó la simpatía de alumnos y padres, pero la ira de muchos profesores y directivos que me llamaron ofendidos, "porque la Vocacional no era eso que yo había descrito".

Con esto gané un premiecito en un Festival de la Prensa Escrita y la amistad y complicidad profesional que mantengo hasta hoy con quien fuera el presidente del jurado de aquel certamen y maestro de generaciones de periodistas en Matanzas, Roberto Pérez Betancourt.

La dejo en el blog para mis compañeros de aula, para quienes estudiamos en esa Vocacional Carlos Marx entre los años 1993 y 1996, tres de los más duros del Período Especial.

Para quienes cumplimos los quince en el año 93, cuando el dólar estaba a 130 pesos o más, cuando teníamos apenas dos blúmer para toda la semana y usábamos trapos por íntimas. Para quienes estudiamos en la Vocacional cuando el almuerzo y la comida era arroz y chícharos con col; o harina salada con harina dulce y el desayuno aquel mejunje llamado "cerelac".

Dejo este post para quienes estudiamos en esa Vocacional de albergues casi destruidos, apenas sin taquillas, de baños permanentemente sucios... Esa Vocacional donde casi nunca había agua, o no subía a los albergues y había que cargarla y almacenarla.

Esa Vocacional de nuestros padres quitándose la comida para llevárnosla, de tostadas, de milordo (agua con azúcar)...

Pero esa Vocacional de profesores maravillosos, humanos y talentosos, capaces de hacernos olvidar cualquier detalle, como la falta de laboratorios. Esa Vocacional de las recreaciones, de las amistades fuertes, de las galas, del autoservicio, de las escapadas, de los amores...

Pero no sigo. Todo está dicho en este trabajo publicado en la páginas de Girón en el año 2002.

Nido de talentos y locuras

  Este año el estudiante llegó al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias (IPVCE) Exactas Carlos Marx y como todos los otros desde hace 25 años, admiró su extensión. Ese día lo pasó perdido por pasillos, buscando una mano amiga en su soledad de amigos. Estudia mucho, que para eso te ganaste la vocacional, le dijeron antes de partir. 

  La beca lo recibió con su hilera de camas de dos pisos y los impúdico de los baños. Con el tiempo convertida en cueva de amores a escondidas, en parloteos de madrugada o chucherías compartidas para mitigar las ansias de comida casera. 

  Las clases empezaron temprano y nadie se quedó atrás. Las pruebas un poco duras, pero no imposibles, y los estudios "obligatorios" en la noche. Al mediodía el almuerzo de siempre con las colas interminables  y la guardia queriendo controlar el apetito sin freno de los adolescentes.

  Al encuentro con el agua, el alumno trajo donde almacenarla porque es poca y no siempre llega. Por las escaleras corre la fila de muchachones con sus cubos y los más corteses cargan los de las hembras hasta el último piso, a cambio de un simple gracias o una sonrisa. 

  Y a las diez nadie duerme, pero sí apagan la luz. Parejitas se escapan en la oscuridad de la noche para amarse. Otros no concilian el sueño para estudiar. La lucha por mantenerse en la escuela exige esfuerzo, porque para todos no es igual de fácil obtener más de 85 puntos en las asiganturas básicas. Los genios, apartados, se preparan para los concursos y las olimpiadas.

  Escaparse va contra el reglamento y los consejos de los profesores. Pero la juventud es inquieta y los motivos no van más allá de comer o dar un paseo para refrescar. Huecos "decenarios" en la cerca facilitan la huída, que puede costarles caro.

  Hoy que el IPVCE cumple años, el estudiante de ahora recibe a otros que también lo fueron, a antiguos docentes, a familiares de los que ya no están. Y Gildo Montenegro, director general y anfitrión, les habla de profesores fundadores como María Luisa Rodríguez, Sixto Zaldívar o María Cristina Simeón; y de los directores Norbeto Pompa, Sofía Santana, Juana Ortiz, Jesús Padilla y otros que le antecedieron.

  El estudiante sabe que esta escuela lo llevará definitivamente a la universidad, para eso ha despertado sus inquietudes profesionales y pulido su talento.

  Cuando vuelva de visita será la misma escuela, pero sin él. Extrañará la comida magra, el olor de los albergues, las reprimendas, los días de recreación y las ruedas de casino, los matutinos generales y los turnos dobles, interminables, torturantes, de Matemática, Física o Química. Pero sobre todo anhelará el contaco sincero con los profesores.

El pecho le duele de pensarlo, porque este es también su hogar, el nido de talentos y locuras donde terminó de crecer. 


La Vocacional Carlos Marx es hoy un complejo educacional, donde se mantiene el IPVCE y un Politécnico con varias especialidades. Recientemente la escuela fue reparada, aunque aún faltan muchas cosas por hacer. Nunca ha logrado recuperar el brillo de sus primeros años, cuando había cuatro unidades y varias especialidades; cuando el teatro estaba nuevo, y funcionaban el tabloncillo y las piscinas. Ya no hay huecos en las cercas para escaparse pues con el tiempo perdió la cerca perimetral, que aún no ha sido recuperada.

Sigue siendo una escuela interna para los estudiantes del interior de la provincia, pero externa para los del municipio de Matanzas. El claustro, que se fue deprimiendo en los años del período especial, ha recobrado su calidad, con el retorno de muchos buenos y la incorpración de nuevos.

Sin embargo ya no es "el mejor preuniversitario de la provincia de Matanzas". Hoy existen pres en la calle en todos los municipios y muchos estudiantes excelentes declinan la posibilidad de estudiar en la Vocacional para estar más cerca de sus casas.

No obstante le sigue acompañando un cierto halo de grandeza, de selectividad... Todavía es un orgullo decir: yo estudio en la Vocacional.

Para quienes estudiamos en él hace unos añitos, es simplemente UN NIDO DE TALENTOS Y LOCURAS...

10 comentarios:

  1. Yirmara:
    Ayer estuve viendo en la televisión un reportaje sobre los supuestos 38 años de la “inauguración” del Preuniversitario Vocacional Carlos Marx, un día de octubre de 1977. Con respecto a ese particular tengo una insatisfacción, que parte del hecho de que en esa fecha, primeramente no era un preuniversitario, sino la Escuela Vocacional que incluía la Secundaria Básica, que en aquel entonces el año 1977, era lo único que existía, y radicaba en tres Escuelas Secundarias en el Municipio Jagüey Grande, las ESBEC Henry Reeves, XI Festival, y 1er Congreso Nacional de Educación y Cultura. Reeves, Festival y Congreso en ese año, eran la Vocacional, porque la escuela en Matanzas estaba en puros cimientos.

    Yo, que pertenezco a la tercera graduación de la Vocacional entré en Congreso en el curso 1976 – 1977, y ya existían los grupos de 8vo y 9no que habían empezado en los cursos 1974 – 1975 y 1975 – 1976. Cuando ingresé en 9no grado aún en Jagüey Grande, fue que los estudiantes de 10mo y 11no fueron para Matanzas a habitar una parte de la Escuela que ya era funcional. Comencé en las instalaciones de la Vocacional en Matanzas en el curso 1978 – 1979, cuando pasé para 10mo grado. Todos los estudiantes desde 7mo a 9no permanecieron en Jagüey por todo ese curso, hasta que estando ya en 11no, fue que los estudiantes de la Vocacional es decir de Secundaria y de Pre fueron radicados por completo en Matanzas.

    Como ves esto que te cuento fue un tránsito de casi 7 años. Cuando me gradué dela Vocacional e ingresé en la universidad, aún la escuela no se había inaugurado, y esa era una historia que todos los que éramos alumnos sentíamos como un sentimiento de pérdida. Te explico, fuimos los únicos estudiantes de las ESVOC que no pudimos ver nuestra escuela inaugurada por el Comandante en Jefe, que las inauguró a todas, la Lenin, la Engels, la Che Guevara, etc., por aquella época.

    Si uno habla de inauguración debe haber existido un acto para ello, y yo te garantizo, porque no me perdí una actividad en ese tiempo, que no se hizo. Es más, cuando me gradué no estaban hechos ni el anfiteatro, ni el gimnasio con el tabloncillo, ni las piscinas, y la Secundaria, que es donde hoy radica el Pre Vocacional estaba a medio construir. Mi Vocacional, la de finales de los 70 y principios de los 80 está hoy en ruinas, para mi dolor. La última vez que estuve me encontré con mi profe Dorita, y me desahogué con ella sobre nuestra nostalgia por el tiempo y los recursos perdidos.

    No tengo clara la fecha, pero si se inauguró siendo Preuniversitario Vocacional, no pudo haber sido en los 70, porque eso sucedió en la generación de mi hermano, que es diez años más joven que yo y que también fue alumno de la Escuela. Perdona la extensión del post, pero es algo que no me explico que se esté imponiendo por todos los medios, sin que exista un fundamento real para la celebración.

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  2. Eduardo, muy precisa tu aclaración. Yo no sé en realidad cuántos años tiene la Vocacional, dicen que 36. He sido testigo de cómo se selecciona una fecha al azar cuando no hay una inauguración oficial, y después con los años se va construyendo la leyenda y quienes vienen heredan la fecha y la celebran como tal, a veces sin investigar. Sería bueno indagar más sobre el asunto, aunque el punto es cuánta gente tiene buenos recuerdos de esas escuela, de su claustro. Hablas de Dorita... si es la misma Dorita de Geografía qur recuerdo, es un ser especial, a quien quise mucho... de esas profes que ya no quedan. Pero igual recuerdo de mis años a Manolo (de Matemática), a Mora (que me dio Física), a Vivian (Química)... son muchos, todos eran buenos... hasta los que entonces pesábamos que eran malos, por lo estrictos, hoy nos damos cuenta de que fueron muy buenos y nos mercaron. Bonita historia cuentas. Ojalá esto lo lean más personas de aquella época y puedan comentar lo que saben. Nosotros también somos parte de la historia de la Vocacional... un saludo

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  3. tu chicarronería con el maestro solo esconde pecado

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    1. jajaja, te aseguro que no. En la vocacional fui buena alumna, pero sin chicharronear... Pensándolo bien, ¿tú no serás medio chicharrón?

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  4. Y con Roberto Pérez Betancourt sí soy chicharrona y a mucha honra, porque lo merece... qué pena que nadie te chicharronee a tí

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  5. Muy buena tu crónica, me gustó mucho. Estudié en la Vocacional de 2011 a 2014 cuando me gradué. Hoy estudio Periodismo y fueron tantas las sensaciones que viví la primera vez que fui al IPVCE después de mi graduación que me motivaron a escribir algo, como mismo dices, sobre mi siempre añorado IPVCE. Gracias por recordar estos años. Aunque distantes en el tiempo siempre los egresados estaremos orgullosos de haber estudiado para mí: "en el mejor pre de Matanzas", pero más que eso "en un centro que ha marcado para siempre nuestras vidas"

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  6. Excelente crónica!!!!
    Hace ya 10 años que no camino esos pasillos, al inicio interminables luego conocidos como la palma de mi mano. Hace 10 años que no cuelga de mi hombro esa pequeña insignia que con tanto orgullo llevaba: El monograma....esa visible marca que orgullosamente nos diferenciaba de los otros ´pre´. Hace 10 años que con tanto orgullo me incluyo en la lista de los tantos, de varias generaciones, que nos hacemos llamar la gente de la vocacional....los egresados.

    Tienes mucha razón Yirmara. Geniales profesores, grandes personas (obviamente habían excepciones, algunos ¨docentes¨ que no merecían ni aire que respiraban. Pero de esos no hablo...no vale la pena)
    Como olvidar al ´´Guille´´(Esteban Guillen), o a Jordán que ya no están con nosotros… O a Gloria Simpson, que hacía que hasta la química fuera una asignatura disfrutable. Olga Lidia, tan estricta como excelente profesora… Vladimir, y sus magistrales clases de biología… Cohinta Ofarril y las clases de inglés que parecían no terminar nunca… Charito, tan dulce como siempre…Y otros más jóvenes de los cuales también mucho aprendimos!

    Y qué decir de la gente….los estudiantes… Un gran número de aquellos que hoy llamo amigos salieron también de allí.

    Hace ya una década, que soy una más de esas almas que cada noche espera en la interminable cola de los egresados para ´´dar la asistencia´´ a la entrada del comedor!!!!!

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  7. Excelente crónica!!!!
    Hace ya 10 años que no camino esos pasillos, al inicio interminables luego conocidos como la palma de mi mano. Hace 10 años que no cuelga de mi hombro esa pequeña insignia que con tanto orgullo llevaba: El monograma....esa visible marca que orgullosamente nos diferenciaba de los otros ´pre´. Hace 10 años que con tanto orgullo me incluyo en la lista de los tantos, de varias generaciones, que nos hacemos llamar la gente de la vocacional....los egresados.

    Tienes mucha razón Yirmara. Geniales profesores, grandes personas (obviamente habían excepciones, algunos ¨docentes¨ que no merecían ni aire que respiraban. Pero de esos no hablo...no vale la pena)
    Como olvidar al ´´Guille´´(Esteban Guillen), o a Jordán que yo no están con nosotros… O a Gloria Simpson, que hacía que hasta la química fuera una asignatura disfrutable. Olga Lidia, tan estricta como excelente profesora… Vladimir, y sus magistrales clases de biología… Cohinta Ofarril y las clases de inglés que parecían no terminar nunca… Charito, tan dulce como siempre…Y otros más jóvenes de los cuales también mucho aprendimos!
    Y qué decir de la gente….los estudiantes… Un gran número de aquellos que hoy llamo amigos salieron también de allí.
    Hace ya una década, que soy una más de esas almas que cada noche espera en la interminable cola de los egresados para ´´dar la asistencia´´ a la entrada del comedor!!!!!

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  8. Te felicito. Para serte sincero, esperaba un artículo cargado de adulonería, inflando un globo y tapando la realidad como es de costumbre. Para mi sorpresa me topé con un magnifico articulo, muy critico y osado. Es bueno constatar que aún hay gente honesta y valiente. Me alegra mucho ser un egresado de La Casa Grande cuando en algún rincón d ella vida me topo con verterano-a que da la talla. Creo que es definitivamente nuestra generación la que tiene que reparar el país. Sólo nos hace falta que los que nos enseñaron materialismo dialéctico se acuerden de La Negocion de la Negación, se percaten que las relaciones de producción y gestión del país frenan el desarrollo de las fuerzas productivas y el capital humano que tanto has costado formar y nos acaben de entregar la dirección de la nación a los más capaces en cada terreno en lugar de perseguir, censurar y frustrar a todos los que intentamos proponer mejoras. Yo estaría contento de regresar a Cuba y hacerme profesor de Química. Si, de Quimica. Soy graduado de Quimica pura de la UH y fui uno de esos apartados que estudiaba el triple para representar a nuestra querida escuela en los concursos y olimpiadas de Química. Cada uno en su trinchera tenemos que luchar por Cuba aunque los instituidos nos digan a los instituyentes que somos unos transgresores. Felicidades por el cumpleaños de nuestra Casa Grande y mi respeto por tu objetividad y valentía.

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  9. Te felicito. Para serte sincero, esperaba un artículo cargado de adulonería, inflando un globo y tapando la realidad como es de costumbre. Para mi sorpresa me topé con un magnifico articulo, muy critico y osado. Es bueno constatar que aún hay gente honesta y valiente. Me alegra mucho ser un egresado de La Casa Grande cuando en algún rincón d ella vida me topo con verterano-a que da la talla. Creo que es definitivamente nuestra generación la que tiene que reparar el país. Sólo nos hace falta que los que nos enseñaron materialismo dialéctico se acuerden de La Negocion de la Negación, se percaten que las relaciones de producción y gestión del país frenan el desarrollo de las fuerzas productivas y el capital humano que tanto has costado formar y nos acaben de entregar la dirección de la nación a los más capaces en cada terreno en lugar de perseguir, censurar y frustrar a todos los que intentamos proponer mejoras. Yo estaría contento de regresar a Cuba y hacerme profesor de Química. Si, de Quimica. Soy graduado de Quimica pura de la UH y fui uno de esos apartados que estudiaba el triple para representar a nuestra querida escuela en los concursos y olimpiadas de Química. Cada uno en su trinchera tenemos que luchar por Cuba aunque los instituidos nos digan a los instituyentes que somos unos transgresores. Felicidades por el cumpleaños de nuestra Casa Grande y mi respeto por tu objetividad y valentía.

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