Santa María del Porvenir, dirigida por Rolando Chiong, al menos contaba con actuaciones destacables, hacía reír, y sus historias, dentro de lo caricaturesco, resultaban interesantes y bastante bien hilvanadas.
Tierras de Fuego, por su parte, fue el tránsito, sin penas ni glorias, de lo medianamente salvable a lo insalvable. Y si hubo insatisfacciones con su entrega, que de fuego no tuvo jamás nada, han quedado en el olvido, tras el reciente naufragio de Playa Leonora.
¿Qué ha tenido de loable Playa Leonora?, sigo pensando mientras escribo. Sin embargo no encuentro un solo aspecto que se pueda destacar de la telenovela, que acaba de terminar para beneplácito de los televidentes cubanos.
En la historia más cercana de la televisión cubana, nunca el público deseó con tantas ansias el final de una telenovela, como sucedió con Playa Leonora. Pero esta vez el deseo no estuvo motivado por conocer su desenlace, sino por aliviar el castigo que supuso.
Ni siquiera contar con actores de primera línea, jóvenes y experimentados, o tratar de tejer una historia interesante que mezclara la protección del medio ambiente con una leyenda local, rodeada de misterios, salvaron a Playa Leonora.
Desde un guión incoherente, mal estructurado, con desbalances en su dramaturgia y subtramas débiles, desarrolladas con superficialidad hasta personajes mal concebidos y peor actuados, convierten a la más reciente entrega telenovelística cubana en un fiasco.
Las locaciones exteriores, que pudieron al menos embellecer la imagen, tampoco lo lograron, pues se explotaron muy poco las vistas de la playa o el mar; contradictorio en una novela cuyo título anuncia una playa de ensueño, donde se construye una villa de veraneo y se aborda la temática medioambiental.
Antes de la puesta en escena, su director Armando Toledo comentaba sobre las dificultades para producirla. Sin embargo los cortos presupuestos de los cuales dispone el Instituto Cubano de Radio y Televisión, no justifican los tropiezos en el guión y la dirección, dos especialidades que son los pilares de cualquier obra televisiva.
Al cerrar su capítulo 55 Playa Leonora dejó un sabor amargo entre los seguidores del género en Cuba, que extrañan telenovelas como Pasión y prejuicio o Tierra Brava, dos clásicos de la telenovelística cubana.
Los televidentes más fieles solo esperan encontrar en las escasas producciones cubanas el esencial melodrama, matizadas con un poco de realidad y humor criollo, pero con un mínimo de calidad, lo menos que merece un público al que se ha tratado de educar en el buen gusto.
Más sobre Playa Leonora
Playa Leonora: Telenovela cubana, de 55 capítulos, escritos por Alberto Luberta Martínez. Su trama se desarrolla a partir de que un grupo de ingenieros y constructores llega desde La Habana a la zona costera de cierta región de Cuba para construir una villa turística. Un accidente inexplicable y la posible contaminación de las aguas aledañas a la construcción, coloca en ese mismo escenario a investigadores, biólogos y buzos, encargados de valorar el impacto ecológico que puede causar al proyecto, y quizás detenerlo definitivamente. A ellos se suman los habitantes del pueblo cercano, Las Brisas. El roce diario entre personas de procedencias e intereses diferentes, da pie a conflictos amorosos, profesionales, sociales… Bajo la dirección de Armando Toledo, esta telenovela reunió a actores como Lieter Ledesma (Félix), Camila Arteche (Patricia), Ketty de la Iglesia (Teresa), Armando Tomey (Gastón), Yuni Bolaños (Adria), Rayzel Cruz (David). Tuvo actuaciones especiales como las de Blanca Rosa Blanco, Martha del Río, Héctor Hechemendía, Patricio Wood, Manuel Porto y Roberto Perdomo.
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