Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

viernes, 12 de septiembre de 2014

Los cinco hermanos, una “frase hecha” a la medida

Uno a veces repite frases hechas sin ponerse a pensar en su real significado. Y no está mal, porque ese es uno de los objetivos de las frases hechas, estereotipar, simplificar el pensamiento y facilitar la comunicación.

“Los Cinco hermanos prisioneros injustamente en cárceles del imperio” es una de las frases hechas que más repetimos los periodistas cubanos en los últimos 16 años cuando trabajamos desde las más diversas aristas el tema.

Hermanos puede sustituirse indistintamente por héroes o por cubanos, que ya en el caso de los Cinco son sinónimos. Pero siempre son Cinco, son hermanos, son cubanos y sobre todo prisioneros injustamente en Estados Unidos.

Casi siempre le agregamos “por luchar contra el terrorismo” y con eso se completa la frase hecha, que a veces nos parece manida, pero es la síntesis perfecta de la historia del caso de Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, y René González Sehwerert.

Si habláramos en términos de periodismo digital, esa frase contiene las palabras claves o etiquetas fundamentales para cualquiera que pretenda acercarse al caso de los Cinco. Y ya no importa cómo se fue conformando la frase o quién los etiquetó así por primera vez; si fue una construcción concienzuda o nació espontáneamente, ellos son “los Cinco cubanos prisioneros...”

Con el Cinco no hay dudas. Basta con contarlos: Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René. Son Cinco, aunque medios anticubanos en Estados Unidos se empeñen en decir que eran más. Son Cinco, porque solo cinco de los cubanos detenidos aquel 12 de septiembre de 1998 se mantuvieron firmes en su posición.

Son los Cinco que no llegaron a acuerdo alguno con las autoridades y que no aceptaron los cargos que les imputaban. Cinco que fueron juzgados duramente en el hostil ambiente de Miami, y se les impusieron absurdas condenas que luego en Atlanta serían disminuidas tras años de batallar.

Cuando hace poco fue liberado René y más tarde Fernando, muchos pensaron que la frase hecha, usada en el mundo entero para todas las campañas de solidaridad se desmoronaría y que entonces ya no serían los Cinco, sino los Cuatro, primero, o los Tres ahora.

Pero continúan siendo los Cinco. René González Sehwerer y Fernando González Llort, quienes están en Cuba luego de haber cumplido íntegramente sus condenas, han dicho en múltiples ocasiones que ellos no serán completamente libres hasta que sus hermanos estén en su patria también.

Sin embargo, no es lo que dicen, sino lo que sienten y lo que hacen.

Los Cinco, los tres que permanecen prisioneros en Estados Unidos y los dos que están en Cuba, siguen firmando sus cartas o sus poemas a nombre de los Cinco; y cuando René o Fernando desandan el mundo para sumar gente a su causa, lo hacen a nombre de los Cinco.

Separados, aquellos tres en cárceles lejanas dentro de Estados Unidos; y René y Fernando en Cuba, los Cinco están más unidos que nunca.

Cinco familias también unidas. Madres que tienen cinco hijos en las mismas circunstancias y claman por ellos desde todas las tribunas. Hermanos carnales a quienes les han nacido otros hermanos. Hijas e hijos que tienen otros tíos, y hasta un nieto que ahora es el nieto de todos.  

Nadie puede dudar que tras estos 16 años de prisión, pero también de lucha denodada, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, y René González Sehwerert sean hermanos.

Son hermanos de lucha, hermanos de ideales y hermanos de patria. Son hermanos, porque hermanos no son solo los que nos dan los padres, sino los que nos da la vida. Y a ellos la existencia los ha hermanado para siempre.

Que están prisioneros en Estados Unidos es un hecho e injustamente una verdad fácil de probar con solo revisar el caso. Ellos espiaban, sí, pero no al gobierno norteamericano, sino a grupos terroristas que planean desde el sur de ese gran país acciones contra Cuba.

De ahí mismo se desprende entonces su lucha contra el terrorismo, que no tiene otra explicación que la literal, por más que su batalla antiterrorista haya sido anónima por muchos años.

Por eso, aunque a veces me moleste usarla o tener que escucharla tanto, porque sé que la sobresaturación crea un efecto boomerang en la comunicación, no imagino otra frase hecha que pueda retratar igual el caso de nuestros “Cinco hermanos prisioneros injustamente en cárceles de los Estados Unidos por luchar contra el terrorismo”.  

Y al final, como ahora, no hay remedio. Siempre termino usándola, porque no se me ocurre otra frase más hecha a la medida para nuestros Cinco hermanos.

Incluso cuando estén todos en Cuba, cuando continúen con sus vidas, cuando todos puedan abrazar a sus hijos, despertar con sus esposas y cumplir sus sueños inconclusos; cuando sus cabezas estén encanecidas y les nazcan más nietos, seguirán siendo, sin remedio, los Cinco.

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