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martes, 18 de noviembre de 2014

Refuerzos beisboleros: ¿estímulo o desestímulo?


El mentor por cuarto año consecutivo del equipo de Matanzas y quien ha llevado a ese team a los planos estelares de la pelota cubana, el villaclareño Victor Mesa, ha dicho que seguirá luchando por mantenerse en el primer lugar de la 54 Serie Nacional de Béisbol, aunque eso signifique una desventaja a la hora de pedir refuerzos.

La selección de refuerzos, dígase la elección post- primera temporada de los mejores peloteros de las nóminas que quedan fuera de la segunda ronda, constituyen una práctica en las Series Nacionales de Béisbol cubano desde hace dos años.


Alrededor de la solicitud de estos ases beisboleros que pueden constituir carta de triunfo existe todo un ritual, a veces hasta ridículo por su modo encartonado y fuera de tono, donde entran a jugar reglas sacadas de debajo de la manga, !y hasta la casualidad!

La idea de reforzar los equipos es muy buena. Con ello continúan jugando los punteros de cada posición de toda Cuba y se concentra la calidad del deporte nacional.                              

Pero si nos adentramos en las fórmulas para elegir los refuerzos podemos toparnos con ciertos manejos, que aunque son totalmente transparentes, pueden cambiar el rumbo de la serie y llevar a la victoria a equipos con pobres desempeños, que entraron en la segunda ronda a duras penas.

Comencemos por la fórmula usada para la selección. En una primera ronda los managers comienzan a pedir refuerzos en orden ascendente, según la tabla de posiciones al concluir la primera etapa. Por este orden el mejor equipo durante esa parte de la temporada es el último en solicitar.

O sea, que hasta cierto punto es una desventaja llegar en primer lugar.

La segunda vuelta va del primero al octavo, pero téngase en cuenta que ya se han pedido 8 peloteros de los 40 que se pueden solicitar en las cinco rondas; y  con ello se han esfumado de la lista varios de los estelares que todos quieren en sus relaciones.

Luego, las tercera, cuarta y quinta rondas se dejan a la suerte. ¡A la suerte!

Imagino que la lógica de equiparar la calidad fue lo que motivó a quienes escribieron tales reglas, sin embargo, ¿es justo equiparar? ¿Se premia de esa manera al mejor equipo de la temporada? ¿Acaso es el béisbol un juego donde quepa otro azar que aquel que la realidad nos devuelve con sus caprichos meteorológicos o lesiones de jugadores?

“Hay que saber pedir”, repiten como papagayos nuestros comentaristas. ¡Sí, hay que saber pedir!, pero es muy difícil cuando se han llevado ante tus ojos a los mejores hombres.

Cada manager debe convertirse en un estratega a la hora de pedir los refuerzos, equilibrando sus necesidades con las oportunidades que les van quedando. Siempre es posible equivocarse, porque hay muchas variables en juego.

Pero como están ordenadas las cosas, el lío de los refuerzos funciona mejor para los más flojos. A los duros se les premia con lo que queda, luego con lo que se pueda, y se les lanza a una serie nueva, con otros equipos, que ahora están compuestos por los originales, más los refuerzos.

Matanzas e Industriales, dos selecciones que en las últimas contiendas han llegado a la elección de refuerzos en los primeros lugares, han visto esfumarse sus posibilidades de éxito.

"No supieron elegir refuerzos, gana quien mejor sepa seleccionarlos", repiten Modesto Aguero y Rodolfo García en cada transmisión televisiva de postemporada. Victor Mesa y Lázaro Vargas, definitivamente no saben o no tienen suerte. O quizás deban jugar peor y avanzar menos en la primera fase.

Haciendo un recuento de las últimas tres series, podemos concluir que los refuerzos sí ganan campeonatos, o al menos su participación define las victorias. Sucedió con Villa Clara, equipo que contó en la Serie 52 con hombres de la talla de Yordan Manduley (de Holguín), Edilse Silva (de Santiago de Cuba), Danel Castro (de Las Tunas) y Jonder Martínez (de Artemisa), entre otros.

Sin ellos Villa Clara no hubiera ganado.

La historia se repitió el año pasado con Pinar del Río, un equipo que a estas alturas de la Serie 54, aunque se recupera, deja que desear y muchos se cuestionan el papel que desempeñará en la Serie del Caribe debido a sus paupérrimas condiciones actuales.

Vladimir García (de Ciego de Ávila), Giorvis Duvergel (de Guantánamo), Denis Laza (de Mayabeque) y Roel Santos (de Granma) fueron piezas claves para llegar a la final. Luego, ante la ausencia de García y Laza, se re-reforzaron con el pitcher avileño Osmar Carrero y Andrés Quiala (de Las Tunas).

Otro dato a tener en cuenta: en la serie 52 Villa Clara clasificó en octavo y en la 53 Pinar fue quinto.

En los últimos años, los equipos que marchan en la delantera durante toda la temporada no ganan el campeonato, y sacando a Villa Clara, los campeones de la serie anterior no quedan entre los semifinalistas en la contienda siguiente. Los refuerzos no son la única causa, pero sí una a tener en cuenta.

Varios comentaristas han adelantado que quizás en un futuro puedan existir menos equipos y no sea obligatorio que estos representen a provincias, pero ese momento no ha llegado. La Serie Nacional de Béisbol es la principal competencia de la pelota cubana, es nuestra serie grande, y su título es la máxima aspiración de cualquier territorio.

La serie cubana es un espectáculo, una fiesta nacional, pero es antes que todo, una competencia, sana, pero competencia al fin.

Cuando en un competición se introducen nuevas variables y se privilegia a los más rezagados se está cambiando el rumbo de la lead, que entonces puede ser desleal para quienes mejor se han preparado como equipo.

Tal vez en esta serie ya no sea posible, pero considero, desde mi modesta opinión de aficionada al béisbol, que debe repensarse la manera en la cual se eligen los refuerzos. No se trata de eliminar esta práctica, sino de reformularla, para que no se convierta en un desestímulo a los mejores.

Resulta válido que los más brillantes jugadores de equipos “sotaneros” puedan unirse a otras selecciones, pero la elección de los refuerzos debe influir menos en el rumbo de la serie, premiando con la posibilidad de elegir primero a quienes van adelante.

Al detenerse momentáneamente la Serie Nacional de Béisbol, el equipo de Matanzas marchaba cómodo en el primer lugar con balance de 22 ganados y 11 perdidos. Posiblemente al concluir la primera etapa siga en esa posición.

Según está previsto el 25 de diciembre tendrá lugar la selección de los refuerzos para los ocho equipos que clasifiquen a la segunda fase. ¿Será para los punteros la desventaja a la hora de elegir sus refuerzos el premio por una campaña tan buena?

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