Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

miércoles, 28 de abril de 2010

El arquitecto que salvó la Ermita de Monserrate + Fotos

  Haber guardado una loza del piso de la Ermita de Monserrate cuando solo quedaban pedazos, medir la fachada palmo a palmo subido a un camión de bomberos días antes de que se derrumbara y ser después el proyectista principal de su reconstrucción convierten al arquitecto Ramón Félix Recondo Pérez en el salvador de esa edificación insignia de la ciudad de Matanzas.

  Y aunque confiesa que no es la obra de su vida, si está entre las que más satisfacciones le ha dado. Mención en la séptima bienal del Caribe, en la categoría de Intervención del Patrimonio Edificado, Premio en el séptimo salón de Arquitectura Cubana, Premio Especial de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Cuba en el concurso Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos de 2010 y la primera mención en Restauración, son una muestra evidente de la calidad de su trabajo. 
  Situada en la posición más privilegiada de la ciudad de Matanzas, con una vista asombrosa de la ciudad de Matanzas por un lado y el Valle del Yumurí  por el otro, la Ermita ha vuelto a lucir el esplendor de cuando fue inaugurada por los catalanes el 8 de diciembre de 1875, para rendir tributo a la virgen de Monserrate.
  Ahora, en su nuevo uso de centro de la Sociedad Catalana de Matanzas y Sala de Conciertos, la Ermita señorea en las alturas como símbolo de que la voluntad, la creatividad y el amor, sobre todo en medio de las condiciones económicas difíciles que vive Cuba, son imprescindibles para salvar nuestro patrimonio.
- ¿Recondo, cómo llega la Ermita de Monserrate a sus manos? 
- Con el proceso de deterioro de la Ermita viene mi formación como arquitecto, y una vez graduado siempre tuve el interés de poder rescatar obras patrimoniales de esta ciudad. En una conversación con el profesor e historiador de la ciudad Raúl Ruiz me dijo que él se sentiría satisfecho si algunos de estos hitos matanceros como el Pre de Matanzas y la Ermita de Monserrate volvieran a tener su esplendor. Eso me llegó muy profundo, y en la década de los 90 del siglo pasado, por la Unión Nacional de Arquitectos en Ingenieros Civiles de Cuba tratamos muchas veces de salvarla, pero las condiciones nos eran adversas.
  Llegó un momento propicio en el 2005 con el programa de rehabilitación del centro histórico de la ciudad, y recuerdo que en la primera reunión propuse que también se tuvieran en cuenta algunos lugares de la periferia de la ciudad, que era parte del patrimonio tangible e intangible de la ciudad de Matanzas. Y ahí propuse específicamente a la Ermita de Monserrate. Fue aprobado, y comenzó todo un proceso de estudio y evaluación sobre cómo rescatar esta obra.
  Primero pasó por las manos del grupo Rumbos, cuando Rumbos existía, y después a través del gobierno municipal y provincial se acordó que fuera la corporación CIMEX la inversionista principal, aunque se contara con la moneda nacional del Centro de Patrimonio Provincial.
   Y así fue como comenzamos a trabajar en el rescate de la Ermita ya en ruinas. Comenzamos a elaborar los proyectos que son lo que hoy han dado pie a que esta obra se encuentre otra vez viva, rejuvenecida y que sea una Ermita que servirá para trasladar la huella de los catalanes en Matanzas desde que inauguró hasta la actualidad.
Así llegó a sus manos la Ermita de Monserrate
- ¿Qué sentía Ramón Recondo cuando veía esa Ermita en ruinas?
- Sentía gran nostalgia. Era como una espina que teníamos clavada en el pecho. Muchas personas se nos acercaban en la calle, conociendo de nuestro interés, para hablar sobre el tema de la Ermita, para sentir dolor por ese lugar de recuerdo, de añoranza, de encuentros, ese lugar de juventud de todos. Porque ahí acudíamos los matanceros, de una forma u otra, en un camping, en un actividad o de paso, pero siempre la llevábamos dentro por ser un sitio privilegiado.
   Incluso una vez hubo un grupo de estudiantes de la Vocacional Carlos Marx que elaboraron un documento y lo hicieron circular por la ciudad para que se hiciera algo por salvar la Ermita. Estos jóvenes fueron censurados en su momento porque mucha gente no entendió el objetivo de ellos, pero yo sí creía que eran jóvenes que visitaban ese lugar, y me llenó de orgullo porque veía que en la juventud estaba sembrada esa idea de salvar el patrimonio, esa idea de la matanceridad que siempre se ha hablado y que Cintio Vitier con tanto acierto definió.

- ¿Cuánto tiempo del sueño a la realidad en este proyecto?
- Pasó bastante. Comenzamos a trabajar en el año 2000 y se materializó con su reinauguración el 13 de febrero de 2010.  Esta obra mereció en esos diez años todo ese análisis minucioso, esa recopilación de detalles, esa investigación histórica que hay que hacer siempre que se interviene una obra para poder conocer sus valores. Pero además hay que hacer estudios de los materiales, de las técnicas con que se construía en aquella época. Porque en todo proceso de restauración hay que tener presente la historia, los materiales y las técnicas, para poder lograr la compatibilidad de los materiales actuales con aquellos. De muy buena calidad, por cierto, de un buen gusto en el diseño, de unas prácticas de construcción que debemos tener presentes en todo momento, sobre todo hoy en día que estamos construyendo tantas y tantas cosas, y muchas veces nos quejamos de la calidad.
  Yo invito a todo el que trabaje en la construcción, a todo el que tenga que ver con las obras constructivas que se están haciendo actualmente en este país, a que estudien cómo se construía en aquella época, con una calidad extrema, como verdaderamente deben construirse las obras para que sean económicas, racionales y duraderas.
-¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha dado la Ermita?  
- A todos los matanceros nos llena de orgullo que la Ermita reconstruida, reutilizada, la Ermita de hoy sea una obra multipremiada en eventos nacionales e internacionales. Yo he tenido algunos reconocimientos en salones de arquitectura, pero hasta donde me ha calado, hasta donde me ha llegado esta obra, no.
  He recibido felicitaciones de mis compañeros, de mis condiscípulos, me llaman todos los días en la calle. Lo más bonito es encontrarme a un anciano por la calle, y que te diga, ¿usted fue el que restauró la Ermita?, y que te exprese que se siente muy feliz por eso.

  La Ermita ha calado muy profundamente en mi ser como arquitecto como persona, como humano. Es muy bueno sentirse así, hacer obras y que la gente las reconozca y las disfruten.
El interior de la Ermita, belleza y paz...
- La reproducción del piso original tiene su historia.  Se reprodujo a partir de una loza conservada con celo por usted.  
- El que trabaja en la restauración siempre está buscando algunos detalles, y en una de las visitas que hice en los primeros años del 2000 a la Ermita vi que prácticamente el piso había desparecido, solo quedaban una o dos de las originales, y por aquel amor al patrimonio tomé una y la guardé durante ocho años, con la idea de que si se materializaba la idea de la reconstrucción poder rescatar ese piso que también marca huellas en la forma de hacer y de adornar nuestras edificaciones en el siglo 19.
  Guardé esa loza y cuando comenzó el trabajo de terminación de la edificación propuse que se hiciera una semejante a ella. Logramos que en una fábrica en Las Tunas nos reprodujeran la loza de muy buena calidad, y hoy se disfruta con una semejanza, pero casi idéntica, lo que era el piso original de esa edificación catalana en Matanzas.
- Usted ha manifestado que lo que más importa es salvar el patrimonio y no conservarlo de manera idéntica ¿En la Ermita, que se respetó y qué cambios se introdujeron?  
- En la Ermita se respeta la edificación, se respetan sus proporciones, toda la morfología externa del edificio, y se hizo una reconstrucción de la fachada. Se le da un toque de modernidad a esa explanada superior que hoy está convertida en un área de estar y de contemplación a la ciudad. Se le han incorporado los bancos, los canteros, una iluminación bastante moderna que contrasta con lo que fue la fuente original que se mantiene en este lugar.
  Yo creo que toda obra en su momento debe marcar la huella de la actualidad, y la Ermita también lo hace. Además de rescatar el templo y refuncionalizarlo, introduce nuevos elementos de la arquitectura que le dan belleza, colorido, como todo ese piso de adocreto de la explanada superior.
  Pero además, la Ermita fue un elemento dinamizador para rescatar el restaurante Monserrate, el centro nocturno, algunos lugares que se están explotando hoy dentro del Complejo, el mismo parque de diversiones, que también estuvo bastante deteriorado. Creo que la Ermita ha puesto en marcha muchas de las funciones que estuvieron a punto de desaparecer en este gran parque que es Monserrate, ese balcón natural que todos añoran tener.

- Pero la Ermita queda de espaldas a todos estos centros que componen el complejo Monserrate si se entra por la vía de acceso actual ¿No se ha pensado en abrir la entrada original?
- El proyecto que se concibió tiene como alcance este acceso peatonal original, o sea, el recate del portón de acceso, de esas ruinas que quedan allí.  Y cuando surgió la idea, pensamos que las personas tuvieran un área de parqueo aledaño a la curva, y que de ahí los turistas o los visitantes partieran en el recorrido original que hacían los catalanes para llegar al templo, porque el acceso actual data de la década de los 50 y da al fondo.
  La idea sí es rescatarla. Ya hemos conversado con CIMEX, que son los que aportaron la divisa para esta obra y el proyecto está. Lo que queda es emprender el completamiento de este acceso peatonal, que sigue los códigos de modernidad de la reconstrucción, con canteros, con bancos y con explanadas, para que las personas puedan sentarse y disfrutar de ese bello paisaje de la ciudad y del valle. 

La Ermita de Monserrate terminada
- ¿La restauración se hizo pensando en futuro, es duradera, se ha pensado en cómo mantenerla…? 
- Siempre que trabajamos, lo hacemos con un rango bastante amplio de la durabilidad de estas construcciones. Ahora eso depende del mantenimiento constructivo que se le de a la edificación, porque sino se destruye muy rápidamente, como ha ocurrido con el instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas (Pre), que luego de haberlo rescatado prácticamente también de las ruinas, de hacerle una intervención profunda y rehabilitarlo completamente, la falta de mantenimiento ha traído consigo que el aceleramiento de la destrucción ha sido más rápido en esta última etapa que en la precedente.
  Yo creo que la Ermita, con un pensado mantenimiento y atención y con una administración muy buena, tiene allí al presidente de la Sociedad Catalana de Matanzas  como administrador. Desde este momento hago un llamado de alerta: las obras patrimoniales que se rescaten y toda obra que construya necesita de un plan de mantenimiento a corto y largo plazo, porque eso es economía, es ahorro, es poder transmitir a las nuevas generaciones nuestras edificaciones.
  Además la acción del hombre incide en que una edificación sea más o menos duradera. Hacemos un llamado a todas las personas que visitan este lugar a que cuiden estas instalaciones, que cuiden las pinturas, los pisos, que cuiden todo lo que hoy nos pertenece y por lo cual nos sentimos tan orgullosos.
Recondo, restaurador de la Ermita
  Ramón Recondo cree que la intervención de la Ermita ha sido decorosa, que puede durar 50 o cien años más, y que gracias a esta labor de restauración la Ermita de Monserrate será lanzada a las futuras generaciones como una obra del siglo 19 remodelada en el 21, y que podrán disfrutar en el 22.
  Recondo y todos los que junto a él incidieron para que la Ermita de Monserrate se salvara de la destrucción tienen el aplauso público o secreto de los matanceros, y de quienes desde cualquier parte de Cuba o del mundo la visitan y descubren la magia de ese sitio sobre el que hace más de cien años el Príncipe Alejo de Rusia dijera: “¡Solo faltan Adán y Eva para que esto sea el paraíso!”


- Fotos de la Ermita de Monserrate antes, durante y después de su restauración*
Así quedó la fachada de la Ermita tras su derrumbe
El interior no exibía mejores condiciones que la fachada
Vista interior de la Ermita, destruida totalmente y sin techo
Comenzó la restauración...
La restauración avanzaba...
Reconstrucción de la fachada, fiel a la original
El campanario hubo que reconstruirlo completo
La obra muy avanzada... finales de 2009
Se colocaron las cuatro estatuas de la entrada
La Ermita terminada, felicidad para los matanceros
La campana de la Ermita de Monserrate, señorea en las alturas
La parte trasera, con sus jardines y caminos
La entrada de la Ermita, tal como está hoy
La entrada oficial, el camino sigue sin ser reconstruido


*Fotos de la Ermita de Monserrate: Cortesía del entrevistado

4 comentarios:

  1. Yo soy de Matanzas y he ido muchas veces a eselugar, cuando estaba en la vocaiconal, y de verda que es lindo, ahi enamoré y hice otras cosas también, porque hbo un tiempo que las parejistas ibamos a romanceart.

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  2. Qué lugar más linod, por que no ponen mas fotos...

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  3. Yirmara, ese lugar marcó mi vida pues ahí tuve la primera cita con mi pareja actual. Es uno de los lugares más hermosos y, por ende, más románticos de nuestra bellísima ciudad matancera.

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  4. Rous... a mi también me encanta Monserrate. Iba allí a noviar con mi esposo cuando ni soñábamos con tener a César... y ni contarte las cosas de la que fueron testigos los árboles de allí. Después llevábamos a César a corretear y a montar bicicleta. Entonces todo estaba destruido, pero el área verde era maravillosa, y la vista la misma. Hasta que empezaron a arreglar aquello, y bueno, es verdad que es hermoso el lugar ahora, pero creo que siempre exageramos con la invasión. Me gustaría que hubiera allí menos cafeterías... y más aréas verdes, pero bueno, del lobo un pelo. La verdad ya no me gusta tanto ir... aunque el área de la Ermita si vale la pena.

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