Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

sábado, 24 de julio de 2010

René Fraga se iba para la Sierra

René Fraga Moreno
Declaraciones de Oneida Fraga Moreno

Cuando el 24 de julio de 1957 los esbirros de Batista mataron en Matanzas a René Fraga Moreno, su hermana Oneida tenía apenas 16 años y nunca había entrado a una funeraria. Sobrepuesta al miedo entró al recinto donde lo velaban, y fue tan fuerte la impresión que tras 53 años no lo puede olvidar.


“Recuerdo bien todo porque unos días antes unas compañeras mías de escuela fueron a mi casa, a celebrar mi cumpleaños y René dijo que no, que cuando triunfara la Revolución se me haría una buena fiesta. Eso fue el 19 de julio, el 21 se lo llevan preso y el 24 lo matan.  

“Yo llegué a la funeraria y me senté. Yo no fui capaz de verlo ni nada de eso. Y entonces llega Cuquito Dubroq (José Luis) y empezamos a hablar de cómo había sido. Me dijo: ¿ya lo viste? Y me levanta, me coge por el brazo y me dice: vamos para que lo veas.


"No quiero acordarme de aquello. Ese no era el René que yo había visto salir de mi casa. Y me dije, ¡caballero, una persona tan religiosa que le haya pasado esto, aquí no existe nada! Desde entonces yo seguí yendo a la iglesia porque mi papá me obligaba, pero siempre con esa espinita por dentro".

Nobleza y bondad

René era once años mayor que Oneida. De la infancia de su hermano ella no puede hablar, pero sí sabe que fue él quien compró su canastilla. Eso se lo contaba siempre su mamá. “Mamá estaba de parto, antiguamente eso se hacía en la casa, y como fue de pronto ella le dio el dinero a René y fue quien la compró. Yo fui creciendo y siempre lo vi con mucho cariño, porque de mis hermanos era uno de los más nobles, no porque esté muerto ni nada de eso”.

En casa de René eran siete hermanos varones y cinco hembras; René era el sexto de arriba abajo y Oneida la penúltima.

Cuenta Oneida que René se graduó en 1953 de la Escuela Normal de Matanzas, pero nunca quiso trabajar porque decía que él no daba clases para el tirano.

“En la esquina de la casa vivía Eladio Hernández, que era el superintendente de educación. Había una amistad muy grande entre ellos y mi familia, porque ellos tenían un hijo con problemas y René siempre iba y le daba vueltas (ellos vivían por Mujica y Daoiz, y nosotros vivíamos en Daoiz, entre Mujica y San Gabriel).

“Entonces Eladio llama a René para darle un aula, pero él le dice que mientras Batista esté en el poder él no trabajaba para el tirano. Nos enteramos porque Eladio se lo cuenta después a mi papá.

“Por eso solo hacía sustituciones. Él iba y trabajaba en esta escuela, en la otra, inclusive a veces ni se lo pagaban. Porque después que lo matan llegó un cheque por tres meses que nunca le habían pagado”.


A pesar de que René nunca dio clases de manera estable, sí lo hacía cuando alguien lo necesitaban. “Cuando alguna familia pobre quería que su hija entrara a la Normal y no tenían dinero para pagar, él le daba las clases, en la casa o en la Juventud Católica. Por eso la gente lo admiraban tanto, por su humildad.

“Te lo encontrabas en la calle jugando a las quimbumbias, a los bolones, y mi mamá le decía: René, ¿a ti no te da pena, tan grande jugando bolas con esos niños ahí en la calle? Y él le decía: ¡tú no te das cuenta que ellos no tienen quien juegue con ellos! Y se los llevaba para el parque.

“Esa es una de las cosas por la que le ponen al parque su nombre. Porque el guardaparques que había ahí y que lo había conocido y sabía lo que él hacía, después que triunfa la Revolución dijo, esto se va a llamar a René Fraga, y después es que se oficializa, porque papel no había ninguno.


“Otra cosa que hacía es que cuando había exámenes en la Normal, él se las agenciaba y cogía, sacaba una pizarra y escribía con letras grandes las respuestas de los problemas, sobre todo de Matemáticas, para que fijaran. Entonces cuando venía la policía él se sabía todos los recovecos y no lo podían coger”.

Cuando René termina la escuela Normal, sigue estudiando. Matricula la Escuela de Comercio para no desvincularse del estudiantado de Matanzas. Entonces estaba haciendo a la vez la Escuela de Comercio y Pedagogía en la Universidad.

Oneida no sabe si su hermano era inteligente o no. Según las notas que existen en la Universidad estas no eran buenas. “Pero como le dije a la historiadora Clara Enma, era un momento en que él estaba en su locura, en su lucha y quién así tiene tiempo para estudiar”.

Las luchas de René

Los ojos azules de Oneida, que hoy tiene 69 años, brillan y se humedecen cuando recuerda a su hermano René Fraga Moreno, quien a pesar de su modestia fue un activo combatiente de la clandestinidad en su natal Matanzas.

Cuenta Oneida que fue René quien la enseñó a planchar bien. “En mi casa se le lavaba la ropa, pero él era quien la planchaba, porque decía que solo él sabía hacerlo bien. A veces estaban con sus huelgas, acuartelados, y entonces salía a buscar algo, llegaba corriendo y me decía: plánchame el pantalón en lo que yo me baño. Una vez que yo se lo estaba planchando, cuando sale no le gusta y me dice: no es así, se plancha así. Y terminó planchándolo él.

“René era delegado de la FEU de su aula, ahí conoció a José Antonio Echeverría, a Fructuoso Rodríguez y a toda esa gente. Pero su amigo era José Luis Dubroq, que estudiaba medicina. Recuerdo que una noche cuando la cosa se fue poniendo mala, nosotros estábamos jugando lotería y llega Cuquito corriendo y se lleva a René para la cocina. Y viene René y le dice a mi mamá que le dé dinero para que Cuquito se vaya para La Habana.


“En ese momento había apagón, y mi mamá le dice: ¿cómo se va ir con este apagón? Eso fue cuando lo de Humboldt 7, y yo no sé si él estaba involucrado o andaba por aquellos alrededores, lo que sé es que René le dice a mi mamá: él tiene que llegar ahora a La Habana, tienen que verlo apearse de una guagua que no sea de La Habana. Entonces mi mamá le dio el dinero.

“Ella sabía en lo que él andaba. Por eso cuando se lo llevaron preso dijo que él no regresaba vivo. Fueron muchas cosas, una vez René sacó del bolsillo delante de ella unos bonos del 26 de Julio y los puso encima de la mesa, y entonces mi mamá le dice: mi hijo, ¿cómo tú andas con eso arriba? Entonces él sacó el rosario y le dijo que ese lo salvaba, porque él siempre andaba con el rosario en el bolsillo. Eso porque René era muy religioso, había estudiado en colegios católicos y yo le decía que iba a ser cura, pero él se burlaba.

“En otra ocasión cuando Manolito Piñeiro se va ir para la Sierra él viene buscando dinero, él casi nunca tenía dinero, porque no trabajaba. Yo cuando lo veía entrar corría detrás de él disimuladamente y me ponía a oír. Yo escuché cuando le dijo: Manolito Piñeiro (eran compañeros de estudio) se va para la sierra y está reuniendo dinero, dame para que tenga más. Y mi mamá se lo dio".


Ante todo tú tienes que ser una mujer

Cuando René estaba en sus luchas Oneida estudiaba en la escuela Superior en la ciudad de Matanzas. En el patio había una mata de palito chinos, y René cogía cartulinas, hacía cartelitos con letreros que decían: ¡Viva el 26 de julio!, ¡abajo el 10 de marzo!, ¡abajo Batista!, ¡viva la revolución!

“René me enganchaba los cartelitos en unos alambritos y me decía: ponlos en la mata de palitos chinos, pero que nadie te vea. Entonces ya a veces pedía permiso para ir al baño o para tomar agua, y lo que me ponía era a poner los cartelitos.

“Eso sí, él siempre me advirtió: el día que te cojan, tú los hiciste, porque ante todo tú tienes que ser mujer. Yo no había cumplido los 15 años. Al principio lo hacía de manera inocente, pero llegué a darme cuenta de lo que hacía.


“El que me coge es el director de la escuela, que era Pancho Pong. Yo estoy parada así, y siento que me hacen pss pss pss pss, y me dice: eso yo lo sé, porque él era revolucionario en aquel tiempo, aunque después abandonó el país. Aquí con los maestros, con ninguno hay problemas. Pero acuérdate que tú tienes compañeros aquí que son hijos de soldados y lo pueden decir en la casa. Dile al que te los da (porque aunque yo le dije que los hacía yo no me creyó) dile que aguante un poco. Y así mismo se lo dije a René: dice Pancho que te aguantes un poco.

“Y ahí se acabó la cosa. Pero hoy cada vez que armo el arbolito en mi casa cuando se acerca el fin de año me acuerdo de aquella mata de palitos chinos y los carteles que me hacía René”.


René sabía que a Fidel nadie le ganaba


Oneida Fraga  en el parque René Fraga
Oneida nunca habló abiertamente con René de nada del movimiento. Ella era muy joven y él quería protegerla, aun cuando tenían cierta complicidad.

Recuerda que “cuando mataron al hermano de Frank él llega a mi casa muy apenado porque habían matado al hermano del amigo que él había conocido en Santiago de Cuba. Todo parece indica que él conoció a Frank, pero no podía hablar de aquello.

“Solo después de su muerte Cuquito nos contó que él y René estaban esperando la orden de Frank País para irse para la sierra, porque ya estaban quemados aquí. Entonces Cuquito se acabó de quemar más, porque ya estaba haciendo demasiadas locuras en La Habana, hasta que también lo matan".


René Fraga Moreno, el combatiente del Movimiento 26 de Julio en Matanzas no pudo subir a la Sierra ni formar parte del Ejército Rebelde. Pero antes de morir Oneida lo oyó decir confiado que Fidel iba a ganar.

“Un día llega muy contento a mi casa y le dice a mi mamá: ahora sí no hay quien saque a Fidel de la Sierra. Mi mamá le dijo: ¿por qué? Porque subió uno que se conoce todas las cuevas habidas y por haber de Cuba (fue cuando subió ntonio Nuñez Jiménez subió). Ahora sí que a Fidel no lo bajan de la Sierra".

René fue asesinado por los esbirros de Batista el 24 de julio de 1957. Tenía 27 años, y como asegura su hermana, estaba convencido de que la revolución era indetenible.

Fidel bajó de la Sierra, pero triunfante, y los sueños de René se hicieron realidad. Hoy el parque a donde iba a jugar con los niños de su barrio y decenas de escuelas donde hubiera sido el mejor maestro llevan su nombre. 

El primero de enero de 1959 cuando Oneida supo que el tirano había huido su primer pensamiento fue para René, y desde entonces ha tratado de ser fiel a su recuerdo, de hacer bien las cosas, y de ser digna de aquel hermano que le arrebataron cuando casi era una niña. 

2 comentarios:

  1. pobrecita Oneida, pobrecito Rene, lucharon para quitar a un dictador y poner otro mucho peor....

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  2. Anónimo, ¿te tengo que aplaudir por la genial frase? Ellos lucharon por quitar a un dictador; dicho sea de paso, ese dictador mató a René Fraga y a muchos amigos de él, jóvenes todos... y por suerte llegó ese otro que llamas dictador... Ojalá todos los dictadores fueran como él... tal vez viviríamos en un mundo mejor!!!

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