Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

sábado, 5 de noviembre de 2011

Oda al “milordo”

No tengo la menor idea de quién inventó la palabra “milordo”, ni siquiera sé si aún le llaman así los jóvenes cubanos de hoy al agua con azúcar, pero si tengo la certeza de que tal vez sin ese jarabe dulzón los varones de mi generación no tendrían el carapacho que hoy exhiben.

La época más famosa del milordo transcurrió cuando yo estudiaba en el Instituto Preuniversitario Vocacional Carlos Marx de Matanzas, entre los años 93 y 96 del pasado siglo. Vale recordar, para quienes con las glorias olvidan las memorias, que el 93 fue el año más duro del período especial en Cuba.


Pero no vengo a hablar de miserias, que por demás sufrieron estoicamente mejor nuestros padres, inventando y buscando las más creativas soluciones, pues nuestra única ocupación era estudiar, sino del milordo, que saciaba a toda hora el hambre voraz de los adolescentes en pleno crecimiento.

Tomar agua con azúcar no fue un invento nuestro. Viene de la época de nuestros abuelos, y es un alimento eficaz para cuando hay crisis de alimentos. Casi en Cuba pudiéramos cambiar el refrán aquel de que cuando no hay pan… y decir que cuando no hay refresco, se toma milordo.

Eso sí, les puedo asegurar que en ninguna época se tomó tanto milordo en Cuba como en la becas de todo el país en los años 90 del pasado siglo.

Usted puede estar pensando en un vaso de agua fría con azúcar, tal vez hasta con hielito, pero nuestro milordo estaba muy lejos de eso. El milordo de los de mi generación se hacía en un pomo plástico de refresco vacío, con agua caliente y azúcar prieta.

Un pomo alcanzaba para varios, y eran los varones quienes más lo consumían. La hora del milordo casi siempre era en la tardes o por la noche. Consistía en un ritual de compañerismo y falta de higiene. Varios se reunían alrededor de la llave del agua, y allí preparaban y se tomaban su milordo, pegados a la boca del pomo, para aguantar hasta la hora de comida o el otro día.

En esa época la comida en la escuela no faltó y era gratis, pero también muy mala. En los alrededores no vendían nada de comer como ahora, y la cafetería estaba cerrada. Solo la magia de nuestros padres para inventar tostadas, dulces caseros y la jaba con azúcar prieta de la bodega, calmaban la ansiedad en la oncena que parecía interminable.

Recuerdo que siempre estaba el miedo al mal de estómago, porque los abuelos decían que el agua con azúcar solo servía para alimentar los parásitos. Pero nosotros solo le veíamos la parte positiva, porque nos llenaba y nos hacía permanecer despiertos hasta el último turno que terminaba a las 6: 15 de la tarde o en los estudios obligatorios por las noches.

Con la energía de aquel milordo no solo casi todos terminamos la vocacional, cogimos las carreras universitarias que deseábamos, sino que empezamos nuestra vida sexual activa, que es bastante intensa en esos años de adolescencia y aprendimos a bailar casino, en aquellas ruedas inmensas con que terminaban todas las “recreaciones”.

Mientras estuvimos becados, los de mi generación volvíamos cada 11 días de la casa con el azúcar para el milordo. La blanca era un privilegio y en definitiva, según hemos llegado a la conclusión después, el milordo de verdad es con la prieta, porque sabe más a miel.

Pero como todo lo emergente antes de terminar los 90 el milordo había quedado relegado a un segundo plano con la llegada al mercado cubano en divisas de los refrescos instantáneos marca Toki y Piñata, opciones que en mi época de la vocacional escaseaban o eran inalcanzables.

En conversación con algunos compañeros de aquella etapa siempre coincidimos en que al “milordo” hay que hacerle un monumento, si no en piedra, al menos en palabra.

Para quienes no estuvieron becados en eso años, para quienes no sintieron el croar de las tripas por el hambre en una escuela lejos de la casa, tal vez el milordo les resulte lejano, pero sé que quienes éramos adolescentes en el período especial lo recordamos con un sentimiento a medio camino entre la repugnancia y el agradecimiento.

- Bebidas y jugos tradicionales en Cuba
- Agua con azúcar tan eficaz contra tos

4 comentarios:

  1. ME HAS HECHO RECORDAR MI PRE UNIVERSITARIO EN LA ISLA DE LA JUVENTUD. QUE FELICIDAD!!!!
    ESCASIABAN LOS ALIMENTOS , ES VERDAD! PERO NO RECUERDO LAS CARENCIAS ,TANTO COMO HABERME FORMADO EN UN AMBIENTE SANO Y FELIZ.
    MIS AMIGOS Y YO , LAS INVENTABAMOS TODAS PARA SER LOS PRIMEROS EN LA COLA DEL "dolble" en el comedor.tambien recuerdo que los gatos desaparecian, se los comian, uno auno.

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  2. Tienes razón, había escasez, pero una la pasaba bien... El problema es que pare ser feliz no hacen falta tantas cosas, nosotros teníamos cosas esenciales, como buenas escuelas, buenos maestros, preocupados por la educación de uno, completa... teniamos a nuestros padres que se quitaban las cosas para darnosla, y vivíamos sanamente, sin lujos, pero con mucha alegría. Yo recuerdo aquella etapa con mucho cariño, a pesar del milordo y de haber pasado hambre una que otra vez, y de no tener más de tres blumers y ajustadores, o de tener que usar zapatos feos, porque eran los que habían. En el saldo son más las cosas buenas!!!!!!!!!

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  3. los jóvenes cubanos de hoy.....Bueno estas fatal con la informacion asi se llama desde hace mas de 90 años por lo menos mi abuelo le llamaba asi y nacio en el 23 imaginate la laguna informativa que padeces

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  4. Anónimo, yo escribo: "No tengo la menor idea de quién inventó la palabra “milordo”, ni siquiera sé si aún le llaman así los jóvenes cubanos de hoy al agua con azúcar..." Si lees bien, mi discusión no es sobre cuándo surgió la palabra, que tampoco importa mucho, nosotros le llamábamos así, pero la esencia es el agua con azúcar y su utilidad para matar el hambre en épocas de crisis. Se que en Cuba ha habido muchas épocas en las que ha sido popular... en mis periplos por la Ciénaga de Zapata me hablan de que en la primera mtad del siglo 20, en esa zona, la harina y el agua con azúcar era la comida de los pobres... Mi abuelo que nació en el 22 y era campesino también tomó mucha... Te agradezco el comentario y la precisión... y en cuanto a la lagunas mentales informativas... nooo, lo que yo poseo son mares mentales informativos... pero por suerte siempre hay personas tan bien informadas como usted que le pueden corregir.

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