Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

viernes, 14 de junio de 2013

Matanzas contra la pared

Al equipo de pelota de Matanzas pareciera que le gusta estar contra la pared. No estoy sugiriendo con esto que hayan perdido los dos primeros juegos de la final a propósito, ni nada por el estilo.

Todos vimos el primer día a un Freddy Asiel imbateable, que no perdió el control hasta su último out; y fuimos testigos además del error, mejor dicho, el horror del árbitro al cantar quieto en tercera, y de ahí para allá la andanada de decisiones tomadas por la dirección del equipo matancero que llevaron a Villa Clara a hacer varias carreras en un juego que marchaba 0 a 0.

Dicen que los errores de los peloteros cuestan carreras, pero los de los árbitros están costando juegos.


En el segundo encuentro Villa Clara ganó también en buena lid a base pitcheo, y Matanzas no pudo contar con su mejor hombre en la lomita, Yoel Suárez, que explotó antes de llegar al tercer ining. Nuevamente cosas de la vida. El lanzador había comenzado bien, pero la detención del juego por lluvia le hizo perder concentración y cuando regresó no era el mismo.

Así llegan los Cocodrilos matanceros a Villa Clara este sábado, con dos juegos por debajo en una serie de siete, para entablar el tercero de los encuentros.

Se repite la historia de la subserie con Sancti Spíritus, en la cual Matanzas comenzó con dos juegos abajo. Pero hay una diferencia importante. Con los espirituanos Matanzas perdió en terreno ajeno; con Villa Clara las derrotas fueron en casa y ahora se encuentran en un Sandino que revienta por los suyos.

Puede pasar cualquier cosa. Que Matanzas llegara a la final demuestra que en la pelota nada está escrito. En un play off no valen estadísticas de campañas largas, que si este equipo gana más en casa o si el otro tiene más experiencia, porque aquí los resultados dependen de siete juegos donde se juega el todo por el todo.

Que Villa Clara tiene mejor pitcheo, es cierto. Que los refuerzos le funcionan mejor, también es cierto. Que tienen la ventaja y ahora van a jugar en su patio, también es cierto. Tienen las de ganar, pero ¿quién lo asegura?

Matanzas es el equipo indescifrable, el más sorprendente del béisbol cubano hoy. Con los cocodrilos no hay pronósticos que valgan, ellos rompen todas las reglas de las probabilidades y ganan, como lo hicieron en Sancti Spíritus, cuando ya los comentaristas de la televisión cubana los estaban enterrando y dándole el pésame a sus aficionados.

Tal vez porque son uno solo con su director, el equipo de Matanzas es temperamental y juegan mejor con presión que con ventaja. No por gusto son el equipo con más remontadas en la temporada.

Así que nadie se asombre si repiten la hazaña y se echan en el bolsillo los tres juegos, o al menos dos y regresan aquí para pelear duro y ganar o no, porque el terreno siempre dice la última palabra.

Cualquier cosa que pase, Matanzas sigue siendo la atracción de esta serie; es el equipo pasión, el equipo fuego, el equipo contradictorio, el equipo guerrero, el equipo que sin grandes nombres consagrados de manera individual, se ha colado en la final.

Un equipo del que hay que cuidarse cuando está contra la pared, porque es así como mejor juega. Que tiemble Villa Clara, porque Matanzas va por sus victorias.

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