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martes, 22 de octubre de 2013

Cuba: una sola moneda y la pregunta del millón



















El tema del día en Cuba es la unificación de la moneda. En la guagua, en la calle, en las colas, en los centros de trabajo y en las casas no se habla de otra cosa. Las sucursales bancarias han pasado el día recibiendo llamadas de clientes preocupados que esperan recibir más información al respecto: ¿cuándo será?, ¿cómo?

Nadie tiene respuestas certeras porque al decir de avezados economistas no las hay. Todas las que se pueden dar están contenidas en la Nota Oficial con que amaneció hoy el diario Granma, donde se anuncia que se comenzará a trabajar en la paulatina unificación de la moneda cubana.

Se aclara que la experiencia iniciará (o inició) por las personas jurídicas, o sea, las empresas y entidades, y especifica, que ante una unificación general, no se verán afectadas las personas naturales que demuestren la licitud de sus ingresos o tengan cuentas bancarias.

La noticia, harto esperada, deja en vilo a todos los cubanos. Quienes tienen dinero, inquietos por el destino de lo ganado; y quienes viven al día, contentos por el anuncio de que, quizás en un plazo no muy lejano, la moneda en la que el estado paga los salarios, adquiera valor.

Sin embargo nada de eso pasará por el momento. Lo analizado en el Consejo de Ministros es simplemente el primer paso de un largo proceso que la economía cubana precisa echar a andar para poner en su lugar las finanzas internas.

En Cuba circulan dos monedas: el peso cubano (cup) y el peso cubano convertible (cuc). La última surgió como una alternativa para eliminar la dolarización de la economía cubana y desde su implantación tuvo varios valores de cambio con respecto al otro peso cubano, hasta que hace unos años se estabilizó en 24 (cup) por un (cuc), la venta; y 25 (cup) por un (cuc), la compra.

Durante los primeros años, a pesar del desbalance en el cambio, injusto sobre todo para quienes vivían de un salario, el peso cubano mantuvo algo de su valor original, pues se podían adquirir varios productos que eran subsidiados.

La medida, tomada en plena crisis del período especial en un país sin recursos, se entendió como necesaria y urgente. Sin embargo con el paso de los años esta situación no ha cambiado, y no es secreto para nadie que hoy, al nivel práctico, es como si existiera una sola moneda, y no precisamente la más débil.

Cada vez hay menos productos que se puedan adquirir en pesos cubanos, una moneda muy devaluada (no cuenta con una economía fuerte que le respalde). Así que con su apellido de convertible, es el otro peso cubano el que marca el paso, teniendo en cuenta que su valor se equipara (más o menos) al del dólar, la moneda que rige los precios de los productos y materias primas a nivel mundial.

A nivel popular los cubanos entienden, pero les es difícil cubrir sus necesidades con un simple salario en pesos cubanos, mientras que, descontando los pocos productos que se adquieren por la llamada canasta básica (o los subsidios personales que se otorgan actualmente), la mayoría de los artículos de primera, segunda o tercera necesidad se adquieren en pesos cubanos convertibles o su equivalente.

La doble moneda, si bien sirvió para resolver problemas como la inflación monetaria, ha traído consigo a través de estos más de 20 años otros males asociados como ilegalidades en el ámbito empresarial y particular, el enmascaramiento o falseamiento de resultados económicos y limitaciones en las relaciones financieras internas.

Todas estas son consecuencias que lastran el desarrollo de la economía, pero el impacto más evidente y quizás el más doloroso es aquel que han sufrido las familias que viven de uno o dos salarios; que no reciben dinero del exterior, que no han salido a cumplir una misión, que no inventan, no malversan o no se han ido a trabajar hacia sectores privilegiados o por cuenta propia.

Sin embargo la unificación de la moneda no va ser definitivamente la que sueñan esos cubanos que viven del salario estatal, una en la que el peso cubano vuelva a tener el valor de los años 80 del pasado siglo. La economía cubana tendría que crecer exponencialmente para dar un paso como ese.

La sabiduría popular especula al respecto que si “se quedará el peso cubano convertible al valor actual y entonces los salarios serán de 20 cuc (el máximo)” o que si “no puede ser que los salarios se mantengan al mismo nivel en pesos cubanos y los artículos mantengan sus mismos precios (pero no como ahora en cuc, sino en cup, a uno por uno) porque entonces se produciría otra inflación”.

La mayoría de las personas (economistas graduados y por cuenta propia) saben que el cambio nunca será “uno por uno” en la unificación monetaria debido a las condiciones de la economía cubana actual: el bajo crecimiento y la poca productividad. Pero de todas maneras es una noticia que esperan con ansias.

Claro, que la unificación en el papel moneda y el cambio, más tangible para el pueblo, será el último paso del proceso. No llegará de un día para otro y precisa de análisis económicos serios antes de tomar alguna decisión.

Por lo pronto, al menos, se anuncian experimentos que intentarán equiparar la moneda en el sector empresarial, de acuerdo a las posibilidades reales de la economía, y la puesta en marcha del proceso de aprobación de normas jurídicas y otros requisitos que deberán acompañar cualquier medida.

Sin embargo creo que por la trascendencia del tema debería explicarse más en profundidad y no dejarlo en una nota, que en su afán de informar oficialmente, ha levantado un mar de opiniones sobre la base de la falta de información.

La moneda única demorará en llegar, pero tendrá que hacerlo, sobre todo por el bien del pueblo, del hombre que trabaja honestamente, de ese que es la razón de ser de un sistema socialista. Cómo hacerlo de manera equilibrada en las condiciones actuales es la pregunta del millón.

5 comentarios:

  1. Por dios qué manera de palabrear y no decir nada o decir perugrullos. Los comentarios de cubadebate son más suculentos que tu remedo de comentario. Aplícate, que ya es hora de justificar tus horas de internet en casa, mira que eso en Cuba es un privilegio

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  2. ¿Me aplico? ¿Tú crees? No leas y así no sufres

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  3. cada cual a lo suyo; por eso te conmino a aplicarte. yo hago lo mío, puedes estar segura

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  4. Tu labor no es ponerte en como lo va hacer desde el gobierno, si no en ser portavoz de las inquietudes populares, al menos del mundo que te rodea,cosa que en mi modesta opinión lo cumples plenamente.Felicidades solidarias y revolucionarias desde España.

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