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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Abel Monagas, su primera expo para abuela Polilla

A sus 24 años el artista de la plástica Abel Monagas Alfonso acaba de inaugurar su primera exposición en la Galería Abierta Nelson Barreras, con sede en la emisora provincial Radio 26 de Matanzas, bajo el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz.

Degeneración es el título que le ha dado a esta muestra donde propone retratos y desnudos de personas de dos generaciones contrapuestas: la de ancianos, con arrugas pronunciadas y miradas profundas, y la de jóvenes lozanos, con cuerpos perfectos y pieles tersas, sin pudor a mostrar la desnudez.


Con Degeneración el joven autodidacta matancero propone el tema de la pérdida de valores en la juventud, de la que forma parte y no reniega. “Es la contraposición de muchachas jóvenes desnudas, frente a rostros de ancianas. La juventud quiere imponer sus criterios vanguardistas desechando lo viejo, y es cierto que tenemos que imponer nuestra vanguardia, pero hay que pensar en los grandes valores que nos dejaron nuestros antepasados”. 

La imagen de su bisabuela Polilla, inspiración de esta expo, aparece desde el propio cartel de bienvenida, un rostro lleno de surcos y unos ojos en los que se refleja la sabiduría. “Es el principal cuadro de esta expo y espero que esté en todas mis exposiciones. Se llamaba Leopoldina Fuentes y es una de esas personas que me hizo sensible. Creo que es la persona que más he amado en mi vida”.

Abel Monagas es graduado de Técnico Medio en Economía, una profesión que nunca ha ejercido. Cuenta que comenzó a interesarse por la pintura desde que era un niño, “no tengo conciencia de cuándo, pero creo que desde que era un bebé y pintaba las paredes”.

Dedicado totalmente a la pintura, considera que esta exposición es el motor de arranque para otras que vendrán en su carrera. “Tenía un poco de miedo escénico en esto de hacer exposiciones, sobre todo en esto de la inauguración. Pero le vas cogiendo el golpe, y espero seguir exponiendo, invitar a los amigos y que me den opiniones, buenas o malas”.

Para Monagas Alfonso la falta de formación académica no es un problema. “Si tienes el talento tienes el mismo valor. Al artista lo forma más el interés que la academia. Primero la sensibilidad y después la capacidad y la paciencia que uno tenga para desarrollar las habilidades”. Y habla también del sacrificio, porque para él, “el arte es una carrera muy sacrificada”.

Le pregunto por maestros y menciona a Manuel Gómez, artista de la plástica matancero, actualmente radicado en España. “Puedo decir que fue mi padre creador. Me enseñó todo lo que sé de pintura. Me enseñó a ver, apreciar y valorar a otros creadores”.

Cuenta que llegó a él con 16 años. “Me paré por la ventana de su casa, lo veía pintando, hasta que un día le dije que me interesaban sus cuadros. Empecé a llevarle lo que yo hacía y él me daba su criterio. A veces me daba un poco de lado como para que no invadiera su espacio, hasta que vio que tenía talento y me acogió como su pupilo durante siete años. Aún hoy sigo pidiéndole consejos”.

Para Abelito, como le conocen familiares y amigos, es totalmente válido vivir de la pintura y para ella. “Todo artista debe hacer lo que le haga sentir bien, pero el artista también tiene la necesidad de vivir”. Y como para remarcar que no hay deshonra en comer de la pintura, me aclara, que “incluso a eso que se hace para vender o por encargo, uno le imprime el sello personal, el gusto y el sentir”.

Habitualmente el joven hace desnudos y retratos por encargo de personas vivas o de personalidades. Refiere que para trabajar usa fotografías, pues es lo más adecuado para la técnica que desarrolla, que es muy cercana al hiperrealismo. “A veces he usado modelos, pero generalmente uso fotografías. Demoro mucho en terminar los cuadros y eso significaría mucha incomodidad para el modelo".

El tiempo que demoro en terminar depende de cuán lejos quiera llegar con el cuadro técnicamente hablando y cuánto lo esté disfrutando”, me aclara, y agrega que en el caso de los encargos termina más rápido.

Le interesa la fuerza expresiva de la figura humana. Dice que es más difícil captar la esencia de la persona en el caso de los encargos, “porque a veces no conoces a la persona y lo haces un poco por obligación o necesidad. Pero cuando te nace, es fácil”.

Pintar rostros de ancianos, dice, es una de las cosas más bellas, por la ternura que tienen en la mirada, por toda la historia que se refleja en su expresión.

Aunque no sea tan conocido, su mayor ídolo es su propio maestro Manuel Gómez. “Lo es técnicamente y en cuanto a su pensamiento teórico sobre el arte. Y en cuanto a lo demás, podría mencionarte el Museo de Bellas Artes completo. Servando Cabrera, Fidelio Ponce, Armando Menocal, Chartrand; toda esa época del arte me fascina; y un poco más acá Fabelo, Rancaño y Maikel Herrera”.

Para Abel Monagas Alfonso, que su primera exposición sea en Radio 26, tiene un sentido especial. “Aquí tengo muchos amigos, conozco la emisora; el periodista Nelson Barreras fue amigo de mi madre y me han llegado anécdotas de él. Y este es un gran espacio expositivo, que la mayoría de los artistas no conocen”.

Tu madre se duele que en tu nombre artístico no uses su apellido, ¿qué responsabilidad tiene ella en el Abelito artista?, le pregunto para buscarle la lengua. “Mi madre ha sido mi apoyo incondicional. A base de golpes, de cariño y de amor me ha dado el apoyo más incondicional que podría haber recibido un ser humano. Ella es mi diosa, me hizo”, sentencia por último, como para que no quepan dudas de cuánto le agradece.

La expo Degeneración se inserta dentro de la promoción de figuras jóvenes que impulsa la Asociación Hermanos Saíz en Matanzas, una organización de gente inquieta y sensible a la que el joven Abel Monagas espera pertenecer en un futuro cercano. Como artista invitado tiene a Eliester Santana Grasso, quien participa con cuatro esculturas en madera. 
 
Por lo pronto invita a quienes estén cerca de Matanzas a pasar por la Galería Nelson Barreras, ubicada en el segundo piso de la emisora provincial Radio 26, justo en el pasillo que comunica los estudios de grabación, edición y salida al aire. Allí les espera el rostro de Polilla, la bisabuela de Abel Monagas, quien estará en esta y todas las exposiciones que vengan, para recordarle que se es artista desde el corazón.

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