Autores: Grupo Primer año de Periodismo.
Universidad de Matanzas
En las últimas temporadas el sueño de
todo caldero en la cocina de la familia cubana, lejos de ser el clásico cerdo,
reservado para las despedidas de año, es la escurridiza papa. Por eso cuando las
autoridades de la agricultura anunciaron con bombo y platillo el posible sobrecumplimiento
de la monarca ausente de nuestros fogones, a los cubanos se nos hizo la boca
agua.
Solo que cuando al fin la papa llegó, echó
por tierra nuestros apetitos con excusas que llegaron por diferentes vías: “la
semilla nacional no rinde igual”, “la producción no alcanza para toda la nación”,
“hay que priorizar a la capital”, “en el interior del país no hay condiciones
para almacenar en frío, “hay que racionarla”.
En la provincia de Matanzas, una de las
mayores productoras de papa en el país, se deben distribuir 17 libras por
persona, según un trabajo publicado por el corresponsal de Radio Rebelde José
Miguel Soliz. En otras provincias las cifras oscilan entre 14 y 15, y
nacionalmente se habló de 13. Hasta la fecha, al menos en la capital matancera,
se han ofertado tres vueltas: la primera de 3 libras por persona y la segunda y
la tercera, de cinco.
Las preguntas entre la población no se
hacen esperar: ¿Por qué racionarla? ¿Por qué venderla por la libre a los tres
días? ¿Por qué no extender un poco más el plazo de compra para las personas que
trabajan en la calle y no tienen tiempo de hacer la cola? ¿Por quéno ofertarmayor
cantidad en Matanzas si es uno de los territorios donde más se siembra? De las
6 mil 500 ha sembradas en Cuba, mil
350 se plantaron en tierras matanceras.
Y la interrogante que se reitera cada
año: ¿Por qué las diferencias con La Habana? ¿Por qué allí se vende más cantidad
y durante más tiempo?
Se ha explicado que desde hace varios
años la producción no se corresponde con las crecientes demandas y que producir
papa es caro, sobre todo porque la mejor semilla es la que se importa. Por esa
y otras razones,los cubanos solo podemos disfrutar la papa durante dos o tres
meses. A ello se suma que en las provincias productoras no hay capacidad de
frío para almacenarla. Debido a ello la distribución normada dura solo hasta
abril, cuando termina la cosecha, excepto en La Habana, donde sí se puede
mantener en frigoríficos, según directivos de Comercio Interior.
Esa sería la razón fundamental por la
que en La Habana la papa está presente en los mercados durante una buena parte
del año. Conozco a varias personas que tienen carro y van a capital a comprar papa. No obstante nada justifica, ni siquiera los
problemas con el transporte, que la distribución del tubérculo solo se haga en las
provincias desde Pinar del Río hasta Ciego de Ávila.
Tras analizar los pros y los contras,
llorar por los cubanos que no ven la papa ni siquiera tres meses, y sobre todo
al salir de la cola con las 15 libras, quizás las últimas, ¿quién sabe? porque
nadie lo informa,que tocan en mi familia en este año, uno se pregunta si al
final, ¿la papa ayuda, o solo trae dolores de cabeza?
Por cierto, las placitas de Acopio y los
Mercados Agropecuarios Estatales son desde febreroel típico escenario donde tiene
lugar el popular filme de la papa. En cada una se aprecia por entregas un
ambiente de irritación y desorden. ¿La causa? Todos ansían acariciar la suave
textura dela conocidaprotagonista antes de que los oportunistas la compren por
la libre y le adulteren su precio. Se acabó la papa es la frase mas temida por
los ansiosos compradores.
Escenas parecidas suceden en ocasiones:
se abre la puerta trasera del agro y corren sobre dos piernas los sacos de papa
aún llenos. ¿Hacia donde van esos bultos que nunca nadie vio vender? Mientras
la maestraMaría se queda sin realizar la compra porque no puede dejar la
escuela para irse a hacer una cola; Sonia, íntima amiga del placero y dueña de
la paladar de la esquina, guarda en su almacén personal más raciones que las
vendidas en la cuadra.
Pero las ilegalidades empiezan desde el
campo. Allí quedan sacos que van a parar a las manos de vendedores ambulantes,
que luego echan 5 o 6 ejemplares en una bolsa y cuando ya no hay en los
mercados estatales, las ofertan a 25 pesos, violando todo lo establecido, pues
en ningún lugar está escrito que un cuentapropiesta pueda vender papa.
El tema papa en Cuba se hace cada vez
más popular y sus protagonistas no son los productores, los distribuidores y
vendedores oficiales, ni los consumidores, sino los revendedores, quienes han
explotado su imaginación al máximo. Y es un “misterio” de donde logran
abastacerse para tener papa todo el año, si en el cuarto mes en Cuba se acabó
la cosecha y la distribución.
No obstante, la papa ayuda mientras
dura. !Y sino que lo digan quienes por estos días disfrutan del puré, la
tortilla con papas, las papas fritas, rellenas o cualquier otro plato pepero!,
sueños por los que prácticamente los cubanos esperamos todo el año.
La nueva forma de distribución de la
papa, aunque ha traído inconvenientes, sobre todo a quienes no tienen tiempo de
hacer la cola, ha sido aceptada por la población. Al menos es una forma de lograr
que todos tengan su ración garantizada. Hay quienes rebosan de alegría con la
medida, porque en años anteriores, cuando se expendía por la libre, no lograron
nunca llevar una papa a sus calderos y hay otros que aún no han podido sacar la
primera vuelta.
Los Pánfilos, por su parte, dicen que ha
sido una forma de darle valor de uso a la cada vez menos utilizable tarjeta de
abastecimiento.
Sin embargo, habría que pensar, ya que
se quiere garantizar la igualdad en la distribución, cómo hacerlo de una manera
más equitativa para todo el país y el interior de cada provincia. Molesta, !y
mucho!, que territorios que producen la papa no sean los primeros en
consumirla. Y aunque eso es algo que se ha tratado de respetar en esta ocasión,
no siempre ha sido así.
Quizás porque escasea, la papa se ha convertido
en algo muy preciado para los cubanos, por encima de platos típicos como el
cerdo, la yuca o el plátano. Por eso, al menos mientras haya para distribuir a
la población, las autoridades involucradas deben hacer todo lo posible para que
no se convierta en la papa de la discordia.
Nota: Este comentario fue
escrito entre todos los estudiantes del grupo primer año de Periodismo de la
Universidad de Matanzas como ejercicio de clase.
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