Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

domingo, 28 de febrero de 2010

¿Intrusos o imprescindibles? Sobre los reorientados en la prensa cubana


¿Hay intrusismo profesional en la prensa cubana? Yo creo que no.

Intruso es quien se entromete o llega sin ser avisado. Quienes ejercen el periodismo hoy en nuestros medios sin tener título de esa carrera no se entrometieron, fueron reclamados ante una necesidad.

Ellos no tocaron la puerta de la prensa cubana; fue la prensa quien los convocó y hasta los lloró cuando demoraban en aparecer.

Sin embargo sí se puede hablar de una “desprofesionalización” en el sector, que está motivada por la incorporación a finales de los años 90 y primera década de este siglo de esos profesionales, pero licenciados en carreras afines que denominamos intrusos.

Ahora se habla de que no hay calidad en sus trabajos y se les echa parte de la culpa de la mayoría de los males que aquejan a la prensa cubana. Se les llama a todas voces reorientados o reciclados, y algunos colegas hablan de ellos como si fueran la peste.

La mayoría son licenciados en Español, Inglés, Historia, Filosofía y Marxismo, filólogos, abogados y comunicadores sociales. Antes de unirse a la familia del periodismo la mayoría eran prestigiosos educadores, muchos maestros de generaciones en instituciones de la educación superior.

En la emisora provincial de Matanzas, Radio 26, hay dos exprofesoras de Física, que tuvieron que enseñarme el título para creerles, porque ambas escriben como si lo hubieran hecho toda la vida. Y en ciudad de La Habana tengo una amiga que es enfermera, y ya quisieran muchos llegarle a los talones.

Siempre hay quienes, tras 8 o 10 años ejerciendo como periodistas, nunca se han empatado con la bola. Y no porque les falte preparación, sino por la aptitud, eso que es imprescindible, esa alma de periodista que no puede faltar. Esos se han acomodado en las redacciones, como correctores o diseñadores, o se han ido al reconocer que este no era su camino.

Pero hay una buena parte de ellos que son dignos reorientados, que escriben con decoro, trabajan como unos mulos y se han ganado el respeto de sus compañeros de trabajo y del pueblo.

Tal vez uno que otro no sea estrella en la redacción, quizás jamás tenga el estilo de un periodista de formación, pero se defiende y trabaja, que es lo que hace falta. Y hay algunos, que cuidado, hasta nos superan.

Yo no soy reorientada, quise ser periodista desde los 10 años, y estudié en la Universidad de La Habana en los años duros del período especial. Pero se me revuelve el estómago cuando algún colega se me acerca a despotricar de ellos.

Es mi experiencia particular, y nadie tiene que coincidir conmigo, pero yo trabajé en un colectivo donde la mayoría eran periodistas, ahora laboro en otro donde casi todos son reorientados, y con el perdón de mis colegas de la escuela de periodismo: me quedo con los segundos.

En Radio 26 fui Jefa de Redacción un año y por mi mano pasaron muchos trabajos, y créanme, hay periodistas formados que no se pueden parar al lado de un reorientado.

Por eso, convido a mis colegas de escuela a no generalizar. ¿Por qué hacer sentir mal a quienes han trabajo con nosotros por varios años y son nuestros compañeros? ¿Quiénes seleccionaron y ha evaluado de bien por años a esos que se dice no tienen alma de periodista? ¿Por qué no revisamos el sistema y dejamos de echarle la culpa a quien no la tiene?

Los que son dignos no merecen ser tratados de esa manera. Distingamos entre los buenos y los malos periodistas, y no entre los originales y los reciclados. Estamos faltándonos el respeto.

Ahora vemos la inminencia de más graduados de periodismo con la apertura de facultades en varias provincias y corremos a pensar qué hacemos con los reorientados.

¿Qué vamos a hacer? Nada. Ellos no son muñecos para tirarlos cuando ya no hacen falta, son personas y muchas enamoradas perdida e irremediablemente del periodismo.

Ayudémoslos a ser mejores, exijámosles más si es necesario, pero no nos sintamos superiores, porque no lo somos.

4 comentarios:

  1. Es como para despertar las mentes de algunos

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  2. Sí, porque a veces no importa tanto el título, sino que seas bueno en lo que haces... Es un tema para nunca acabar.

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  3. Conozco a otros que todavía no son ni licenciados y le dan tres patadas a muchos periodistas de los académicos.

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  4. Muy buena leccion de humildad.!!!!!

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Por favor... comentarios maduros, inteligentes y respetuosos...