Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

miércoles, 24 de febrero de 2010

Un encuentro de Evangelios Vivos


Lo duro y bello de las misiones internacionalistas de los maestros matanceros afloró durante el Segundo Evento Provincial Evangelio Vivo, que tuvo lugar en diciembre de 2009 en Matanzas, durante las celebraciones por el Día del Educador.

Reunidos en la sede provincial del Ministerio de Educación, alrededor de 50 colaboradores en países de América Latina y Africa debatieron sus experiencias y el reto enorme que significó enseñar lejos de Cuba.

Xiomara Santos, Presidenta de la Asociación de Pedagogos explicó que este encuentro se realiza como respuesta a la necesidad de compartir las experiencias de “esos profesores que fueron a otros países a ayudar, volvieron y nunca contaron sus historias en público”.

“Es un evento netamente matancero, pero queremos hacerlo a escala nacional para el próximo año”.

Las historias

Riselda Santana, la maestra habanera que ahora vive en Cárdenas abrió contando sus peripecias en Nicaragua, en el año 81, adonde fue cuando apenas tenía 19 años; y refirió como una infección en los riñones le salvó la vida, pues estando ingresada en la ciudad se enteró que en la misma montaña donde ella enseñaba habían asesinado a dos maestros cubanos.

Ella lloró de rabia, de impotencia, pero dice que nunca sintió miedo, y cuando se puso mejor pidió volver a su escuelita, y terminó sus dos años de misión. Por cierto, allí conoció al maestro cardenense que la trajo para acá, y con quien lleva 28 años.

Detrás se embulló Ana Nogueira, la profesora del Instituto Superior Pedagógico (ISP) Juan Marinello, quien siendo muy jovencita fue a Angola (año 1979), donde pudo ver de cerca lo que significa el hambre en los niños, algo que dice, “aquí no conocemos”.

Blanquita (Blanca Ávila), maestra de la escuela Vocacional de Arte Alfonso Pérez Isac, de Matanzas, sacó risas a los presentes con los cuentos de su misión en Nicaragua, en 1980, siendo una muchachita. De los trabajos que pasó por ser una jovencita tímida, que pasaba días sin bañarse y apenas comía porque no le gustaban los frijoles negros contó la ahora regordeta educadora.

Por su locuacidad sobresalió María del Camen Punales, también profesora del ISP Juan Marinello, quien fue la primera maestra cubana en llegar a Honduras y quien abrió el camino para la brigada que comenzó allí el Método Yo Sí Puedo, y que tuvo que salir tras el golpe de estado.

Para ella fue difícil, sobre todo porque, rubia y de piel muy blanca, la confundían con una “gringa” y la asaltaron en varias ocasiones en plena calle para robarle. Pero su empeño fue más fuerte, y hasta en locutora tuvo que convertirse para grabar por radio las clases.

“Dice que cuando llegaba a las comunidades y hablaba enseguida la reconocían como la maestra Carmen de la radio, y la tocaban para ver si era de verdad”.

También contó su historia María Magdalena Bravo, ahora inspectora Integral de Educación en el municipio de Matanzas, con una misión en Angola, que traspasó los límites del magisterio y se convirtió en diplomática del año 1981 al 83.

Ángela, de Matanzas y Dailis, actual directora de la Sede Pedagógica matancera trajeron sus momentos en Venezuela, las diferencias entre los dos países, culturales, de seguridad y en la educación, así como todos los mitos que existen allí respecto a los cubanos.

En Evangelio Vivo se encontraron compañeros de misión que nunca más se habían visto, y otros que no se conocían personalmente, pero que habían estado en los mismos lugares en momentos diferentes; todos con la alegría de revivir unos momentos que les marcaron la vida para siempre.

Escuela para las jóvenes generaciones

Y junto a los internacionalistas de las viejas misiones en Angola y Nicaragua y de las más recientes en Venezuela, Honduras, Bolivia o Ecuador estaban estudiantes del Pre Pedagógico Horacio Rodríguez del municipio de Matanzas, quienes escucharon atentos las anécdotas.

Norián Morales, profesor del pre, con apenas 24 años, refirió emocionado que para él constituía un orgullo poder participar y escuchar historias llenas de enseñanzas. “Ustedes son un evangelio vivo, y nos sentimos muy orgullosos de estar junto a ustedes en las filas de los educadores cubanos”.

Evangelio vivo les llamó el joven maestro, y evangelio vivo es cada uno de esos educadores internacionalistas, que tuvieron sus misiones, y que tienen aquí la misión de garantizar el futuro de Cuba.

Ellos cada día hacen verdad esa frase de José de la Luz y Caballero: “Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.

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