Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

sábado, 24 de abril de 2010

Oneida Fraga Moreno, protagonista en las elecciones


   A solo unas cuadras del parque que lleva el nombre de su hermano René, vive Oneida Fraga Moreno, una sexagenaria maestra y bibliotecaria matancera, que es por cuarto mandato consecutivo presidenta de una Comisión Electoral.
  Jubilada ya, Oneida es testigo del ajetreo que conllevan las elecciones, y en 2010 no ha sido diferente con las municipales, que le han tocado dirigir en la circunscripción 20, perteneciente al Consejo Popular Matanzas Este, de la Atenas de Cuba.
  “Lleva mucho esfuerzo, hay que moverse mucho, hablar con las personas, porque nosotros desde enero entramos en proceso eleccionario, buscando listados y amarrando las cosas.
  “Por ejemplo, nosotros éramos al inicio mil 400 noventa electores y con la actualización nos quedamos en mil 366. Tenemos 3 colegios, que radican siempre en el Internado Lenin, sito en San Carlos y Daoiz.

   “Son días de no dormir, de pensar cómo va a salir la cosa, de preocupación, de tratar de llevarle a los miembros de los colegios electorales y a los electores el mayor estímulo, y siempre dar lo mejor para que todo salga bien.”
- ¿Cómo llegó usted a vincularse a este proceso?
- A mí me ligó la Federación de Mujeres Cubanas, yo era la organizadora de mi Bloque, y fui a una reunión por la presidenta y cuando vine a ver ya estaba en la Comisión.
  Yo empecé de vocal, de ahí pasé a secretaria, caminé por todos los puestos que tiene un Colegio Electoral, estuve muchísimos años trabajando de presidenta de Colegio, y de ahí pasé a esta tarea, como Presidenta de la Comisión en la Circunscripción.
   Y bueno, cosas de la vida que me quedé en esto, y siento sinceramente que este es mi último mandato, porque son muchos, es mucha la edad y es mucha la tensión, que ya uno debe darle paso a la juventud.
- Sin embargo, usted se ve y habla como joven. ¿Este trabajo la ayuda a sentirse más útil?
- Sí, indiscutiblemente, porque es esto de acostarme a las dos o tres de la mañana, revisando listados, ordenado lo que me da todo el mundo, coordinar…
- ¿Y cuando pasa el día de las elecciones?
- Un gran alivio. La circunscripción nuestra, y valga la modestia, siempre ha terminado por encima de la previsto, las personas responden mucho. - Usted ha estado vinculada al Poder Popular desde sus inicios…
- Sí, desde el segundo mandato yo estuve trabajando en las comisiones del Poder Popular, primero en la de Círculos Infantiles, después en la de Educación, y por último en la de atención a la mujer. Era un trabajo muy bonito. Inclusive yo tengo el sello Diez Años de Trabajo en las Comisiones del Poder Popular.
- Oneida, a pesar de toda esta experiencia del Poder Popular, de como se hacen las elecciones en Cuba, de la representatividad que hay desde la base hasta la Asamblea Nacional, en el mundo se critica mucho la democracia en Cuba y el sistema eleccionario, usted que está dentro de ese proceso, ¿cómo lo valora?
- El mejor que puede haber, indiscutiblemente. Porque ahí es la opinión del pueblo desde que se empiezan a sacar a los precandidatos, es el que el pueblo propone no el que impone el sistema. Porque usted lo ve, que hay personas nuevas y viejas, negras y blancas, obreros e intelectuales, ahí hay de todo, y de verdad que es justo.
  Yo hace unos días crucé unas palabras con una electora, que estábamos hablando sobre eso mismo y me dijo que iba a echar a peder su boleta, que ella no la dejaba en blanco porque luego la gente que trabajan allí le ponen la cruz al que quieran. Yo le dije que estaba en un error y la invité a que fuera al colegio a las seis de la tarde cuando cerrara el proceso eleccionario, para que viera cómo es el conteo allí.
- ¿Le dolió que le dijeran eso?  
- Me dolió, porque yo sé que no es la realidad. Porque nosotros hemos confrontado barrabasadas en las boletas y no hemos sido capaces ni de sustituirlas, ni nada de eso, porque luego a la hora de ir a la Comisión Municipal, si me entregaron mil 366 boletas, esas son las que yo tengo que entregar. Así que ahí es donde se demuestra la transparencia de estas elecciones.
  Oneida recuerda que su hermano René Fraga, quien era maestro, se negó a trabajar después del golpe de estado de Batista, el 10 de marzo de 1952, y que desde entonces no volvió a tener salario fijo. Pero lo prefería, decía, antes que trabajar para el tirano.
  Ella vivió toda la lucha de René, y a veces, aunque solo era una adolescente lo ayudaba colocando propaganda en una árbol en la escuela de maestras normalistas donde estudiaba.
  Sabe mejor que nadie lo que significó aquel régimen para nuestro país, entre otras cosas, porque le mataron a su hermano que solo quería una Cuba mejor. Ella tenía solo 16 años pero nunca ha podido olvidar el rostro de su hermano, lo que le habían hecho.
  Por eso también se hizo maestra voluntaria en abril de 1960 al llamado de Fidel, cumplió sus 18 años en el Pico Turquino y enseñó a leer y escribir a 53 niños y adolescentes de Minas de Frío. Y después ha pasado su vida entera, como bibliotecaria, inculcando en tres generaciones de matanceros el amor por la lectura.
  Por eso, cumplidos los 68 años y jubilada desde hace cinco, sigue dando la batalla al lado de la Revolución, dispuesta a demostrarle al mundo que los cubanos no queremos volver al pasado.

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