Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

lunes, 22 de noviembre de 2010

Mi periódico Girón

Hace 7 años, con Jorge Luis y Cuéllar, en la Ciénaga
El Girón que yo amé ya no existe. Ahora hay otro que aman nuevas personas, como antes hubo otros tantos, y como después habrá igual.

Mi Girón es el del gigante periodista mulato y bonachón que me recibió acabada de graduar y me llevó de la mano por los caminos de amar al periodismo. Es el de ese Jorge Luis Valdés Rionda, agudo y bohemio que se fue antes de tiempo.


Mi Girón es el de Domingo Orta, el director duro y justo que pagaba a medio (cinco centavos cubanos) la errata y que me cambiaba los títulos o los finales. Pero que después discutía a camisa quitada y le daba la razón a quien la tenía.

Mi Girón es el de Norge Céspedes, el jovencísimo y maduro subdirector que se empeñó en perfeccionar a sus periodistas, en refrescar los temas y humanizar los tratamientos. El de las “fajazones” inacabables que terminaban en enseñanza.

Mi Girón es el de Félix Cuéllar, el fotorreportero que tenía tantas libras en su cuerpo como bondad en su alma, y que era capaz, sin ser la estrella en su profesión, de hacer siempre la fotografía que le pedías.

Mi Girón es el de Jorge Cantero, una persona que aunque dedicó años a su página deportiva hubiera podido escribir de cualquier cosa con esa suspicacia y gracia cubana que lo acompañaban siempre.

Mi Girón es el de Amarilys Ribot, casi perfecta en su escritura, precisa, creativa y polifacética, llena de vida y de unas irreverencias para con la vida que la gente malinterpreta.

Mi Girón es el del talentoso, pero moroso Fré; el del viejo Villa, fundador y enciclopedia viva de la historia del periódico; el de Riera, siempre justo; el del maestro Vázquez; el del laborioso Arestuche, el del artista de la fotografía Pacheco, de Isabel, Olivia, Luis Alonso, Pedro Luis, Elio, Midelvis, Fernando, el del profe José Manuel y tantos otros que siguen hoy.

Mi Girón es el de la gorda Ileana, de María Luisa, de Bertha, y de Mayra, siempre atentas y serviciales.

Mi Girón es el espacio inmaterial donde entendí que de la universidad se sale en cueros, donde tropecé, caí y me levanté. Donde investigué y escribí lo que sentí, lo que creí que era justo y que a la gente le interesaba.

Mi Girón es el de los meses embarazada metida en la Ciénaga de Zapata para hacer el Humedal del Sur, ese mensuario que era para mí a la vez placer y compromiso.

Mi Girón ya no está. Ha quedado detenido en el tiempo de mi cariño, conformando esa continuidad del Girón de ayer, de hoy y de mañana que hacen ese periódico Girón completo que ya tiene 50 años y que tanta gente quiere.

5 comentarios:

  1. Y las suyas tan gentiles... gracias, pero las personas a quienes menciono lo merecen, y mi Girón también...

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  2. De los buenos quedan pocos y los conozco hace 30 años.

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  3. Jorge Luis Valdes y Cuellar ya difuntos y muy buenas personas , ojalá que guíen a los que quedan de esa generación y a los que solo están pero falsamente.

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  4. Yo los quería mucho... mucho!!!! a los dos, eran de mis preferidos... personas naturales, sinceras, especiales... que se fueron antes de tiempo. La foto es en la Ciénaga de Zapata, en el CITMA precisamente. Donde estén les agradezco a ambos las enseñanzas. Fue un privilegio haber trabajado con ellos...

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Por favor... comentarios maduros, inteligentes y respetuosos...