Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

martes, 18 de enero de 2011

Un terrorista y el cuento del mundo al revés + Video

Había una vez un terrorista que había matado a muchos inocentes. Su vida entera era un rosario de conspiraciones contra su pueblo. No le importaba matar a niños, a mujeres, a extranjeros…

El terrorista era un maestro de las bombas, del espionaje, de la conspiración, de los atentados. Desde que se marchó de su país, convirtió la nostalgia en odio, y el cariño, si es que alguna vez lo probó, en maldad.

El terrorista dedicó su vida entera a intentar matar al único presidente digno que ha tenido su tierra. Lo odia a muerte porque ese hombre, a quien el terrorista no le llega ni a los tobillos, les quitó el país a los ricos y lo puso en manos de los pobres.

Así, el terrorista exiliado encontró en el odio un modo de vida. Alentado por otros que sin estar tan desquiciados lo aprovecharon para llevar a cabo sus locuras. Siempre amparados en el dinero del jugoso negocio en que han convertido su resentimiento.

El terrorista es un ser humano tan retorcido, que si hubiera sido mayor en los años de la segunda guerra mundial, seguramente hubiera sido un fascista convencido.

El terrorista ya está viejo. Su último acto fue tratar de asesinar al presidente de su patria, si es que después de tanto ultraje Cuba puede seguir siendo su patria.

Después de escabullirse como el camaleón y a pesar de las pruebas en su contra, el terrorista ha logrado escapar. Ahora lo juzgan por mentir a las autoridades de emigración norteamericanas.

El terrorista no tiene miedo, porque el ex agente de la CIA le sabe muchas cosas al imperio.

Mientras, esos mismos que lo apadrinan, condenan a quien ellos deciden son terroristas, llaman “oscuros lugares” a culturas, sistemas sociales y gobiernos que no les convienen.

Olvidan el dolor de cuando las torres gemelas se vinieron abajo, quién sabe por culpa de qué mano terrorista. Porque el terrorismo es relativo, solo funciona en la dirección que duele. En la otra es perdonable.


El terrorista está arrugado, cansado… Su cara ha adoptado la mueca horrible de todos sus crímenes. Su imagen actual es tan repulsiva como su propio interior.

Al terrorista nadie le llama así en el país donde es juzgado. Allí le llaman anciano, líder y lo convierten en héroe, sobre todo porque a pesar de haber perdido todas sus batallas, sigue asegurando que “ahora sí, Cuba se cae”.

El mundo debe estar al revés cuando hay cinco hombres buenos en las cárceles norteamericanas, acusados de terrorismo, de espionaje y de un montón de cosas más, y al terrorista de verdad lo procesan por mentiroso.

El mundo está al revés porque hay cubanos que aún siguen enganchados al odio visceral y arcaico, que sigue alimentando bolsillos en Miami.

Y ya no se sabe si los terroristas son inocentes o los inocentes terroristas, porque la justicia del país que ha lanzado la cruzada contra el terrorismo ha olvidado los conceptos.

De acuerdo a eso, y porque el mundo está al revés, Luis Posada Carriles, el terrorista, se hace pasar por hermano de Pinocho, y hasta hay quien se lo cree.

Historia gráfica de un terrorista llamado Posada Carriles











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