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martes, 8 de febrero de 2011

¿Nueve musas en el teatro Sauto?

El centenario teatro Sauto, de la ciudad de Matanzas
Quienes han tenido el privilegio de visitar al teatro Sauto de Matanzas, no pueden evitar que los ojos se vayan enseguida para el techo del centenario coliseo. La inmensidad del techo abovedado, la enorme lámpara y el decorado encantan.
Pero por sobre todo, atraen las musas pintadas en él. El mito dice que eran nueve originalmente, pero quienes pudimos visitarlo antes de cerrar hace ya más de seis meses, pudimos constatar que allí aparecen solo ocho.

La cuenta no es de ahora, aunque ocupe a cada nuevo visitante. Desde las primeras reparaciones del antes teatro Esteban se pudo comprobar que al parecer, nunca fueron nueve las reproducciones de las musas de la mitología griega.
La colega Maritza Tejera, de Radio 26, recién ha publicado un artículo que deja claro este asunto y lo comparto con ustedes:

¿Dónde está Polimnia? (puede leer aquí el trabajo en su publicación original)

QUISO el capricho de un pintor o su benevolente sentido del espacio, o tal vez la superficial nota de un gacetillero, situarme ante una encrucijada. El arquitecto Daniel Dall´Aglio no imaginó que 148 años después de la inauguración de su majestuosa obra, aún buscásemos la musa ausente de la bóveda del centenario y misterioso teatro Sauto.

Hace 124 años, exactamente el 9 de febrero de 1887, aparecía en la sección Gacetillas, de la Aurora del Yumurí, el siguiente fragmento: “Muchos de los que asistieron anoche al teatro observaron que una de las nueve Musas magistralmente representadas en el techo del Coliseo se sonreía con inexplicable dulzura…”

La gacetilla la encontró alrededor de 1996, en sus búsquedas en la Aurora…, el licenciado Fernando López, en aquel entonces historiador de Sauto.

El arquitecto, pintor y escenógrafo italiano Daniel Dall´Aglio pintó sobre el techo enyesado en forma de bóveda del coliseo matancero las hermosas musas de la mitología griega. Hoy, a casi un siglo y medio del suceso, no se ha podido esclarecer si él en realidad esbozó las nueve musas o sólo las ocho que se ven en la bóveda del teatro.

SIN EMBARGO…

En 1998, intrigada más que curiosa, por saber si el teatro originalmente tuvo o no las nueve musas, acudí al pintor Angel Bello, al frente de la decoración interior del inmueble cuando éste fue remozado íntegramente a fines de la década del 60, y al arquitecto Daniel Taboada, quien dirigió la obra.

Bello laboraba por aquella época en la Casa de la Obrapía, en la capital del país. El explicó que los frescos originales no se pudieron rescatar, sólo huellas y restos en diferentes partes. Sin embargo, aseveró que por la medida de la decoración del techo y de los dibujos de las musas que había, el espacio era sólo para ocho.

El artista se refirió a otras ocasiones en que ha encontrado menos de nueve, en dependencia de las que quepan. Y puso como ejemplo el cuadro que restauraba en esos momentos, en el que se veían Apolo y las musas y sólo aparecían siete de ellas. 

En cuanto al arquitecto Taboada, colaborador imprescindible de Eusebio Leal, señaló que el dibujo del techo de Sauto es geométrico, totalmente simétrico. Y afirmó: “Si hubieran sido nueve, habríamos tenido que suponer que el techo era muy distinto, cosa que no me parece.”

Dijo que en el techo se hallaron vestigios muy antiguos, propios del siglo XIX, como la listonería y los clavos, así como la calidad del yeso y que hubo que derrumbarlo todo por el estado en que se encontraba. Se sustituyeron las vigas, los tabloncillos de madera y el enyesado completo de la bóveda y sobre éste se pintó.

Taboada, quien había acabado de recibir el Premio Nacional de Arquitectura 1998, habló con mucho amor de nuestro Sauto y lo calificó como el mejor entre los nueve más relevantes del país. En la conversación aludió a la araña central del teatro, traída de uno de los salones de lujo del Hotel Nacional.

Y algo curioso: sobre la cubierta abovedada existen los mecanismos que facilitan el descenso de la araña -lámpara central- y de las ocho medio cocuyeras –lámparas más pequeñas, ubicadas alrededor de la central-, hasta el alcance de la mano del hombre.  Dos veces al año especialistas del coliseo realizaban la operación para limpiarlas, sustituir bombillos incandescentes o asegurar algún componente.

¿Dónde está Polimnia?

¿Dónde está Polimnia, la musa ausente de la bóveda de Sauto? ¿Pintó Dall´Aglio las nueve preciosas musas o conscientemente dejó fuera la de la elocuencia y la poesía? ¿El gacetillero de La Aurora vio aquella noche nueve mujeres o es sólo una apreciación ilusoria que nada tiene que ver con la bóveda del viejo coliseo yumurino?
La verdad quedó escondida bajo las luces de gas y las noches de esplendor de la Atenas de Cuba. Mas lo cierto es que el teatro tiene una simetría bilateral perfecta, de tal modo que una persona de pie frente al escenario descubrirá que todo lo que tiene a su derecha corresponde a números pares y, claro está, lo de la izquierda a impares.

En ese caso están las lunetas, los palcos, los grillés y los camerinos. Reitero, la simetría es perfecta: todo lo que existe a un lado, se repite en el otro. Por eso me inclino a pensar que Dall´Aglio, quien además de los proyectos del coliseo, realizó toda su decoración, tuvo también en la bóveda ese benevolente sentido del espacio.

¿Y usted, mi lector? Queda una puerta abierta a la imaginación.

Ver aquí una Página dedicada al Teatro Sauto

Nota: El teatro Sauto se encuentra cerrado por una reparación capital. Al parecer estaba en más malas condiciones de lo que se pensaba. La fecha de terminación, así como la de reapertura es una incógnita para los ejecutores de la obra y los directivos de la institución. Matanzas extraña las noches sin Sauto, pero  esperamos que cuando reabra, sea con salud suficiente para durar cien años más.




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