Por casualidad o capricho del destino, este 20 de febrero cumplen años el estadio Victoria de Girón y Víctor Mesa, manager del equipo de béisbol de Matanzas y artífice principal del paso que lleva ese team en la serie nacional.
Los aficionados, siempre más ingeniosos que cualquier comentarista mañoso, han asociado las palabras Víctor y victoria en carteles, que desplegados en cualquier parte del estadio durante los enfrentamientos aseguran que Víctor es igual a victoria.
Victoria, por supuesto, en este caso, como símbolo de triunfo. Pero no dejan de ser curiosas tantas coincidencias juntas, para llevar a una palabra, que es sinónimo además de ganar, vencer, conquistar, dominar y de éxito.
Víctor Mesa cumple 52 años mientras viaja hacia Bayamo, donde Matanzas se enfrentará desde mañana al equipo Granma, en una subserie donde ganar significa mantenerse en la lucha por el primer lugar de la zona con Industriales o alejarse de la cima.
El Victoria de Girón cumple 35 años, y recién ha sido remozado, embellecido y acondicionado, tal vez con más esplendor que en sus años iniciales. Llega a su cumpleaños después de un fin de semana, cuando sus gradas reventaron de público que asistió para ser testigo, por primera vez en Matanzas, de un Juego de las Estrellas.
Como un regalo especial y merecido le fue otorgada al Victoria de Girón la sede de la edición 25 de estos juegos, donde se reúne lo que más brilla y ha brillado en la pelota en Cuba.
Este lunes 20 de febrero, matanceros de todas las profesiones rememoran las jornadas de trabajo voluntario para levantar el coloso del béisbol matancero, en el que dicen con orgullo, pusieron su granito de arena.
Se recuerda además aquel día inicial de 1977, cuando el Victoria de Girón, que no podía llevar otro nombre, abrió sus puertas a la III Serie Selectiva.
El Victoria fue desde ese día, junto al Palmar de Junco, un estadio de primicias en la pelota cubana. Allí Fidel Castro Ruz hizo el swing que dejó inaugurado el estadio; ese mismo día se televisó el primer juego de pelota a color, y se comenzó a usar el bate de aluminio.
Los historiadores del deporte refieren que ese 20 de febrero de 1977 se enfrentaron las novenas de Matanzas y La Habana, y que el equipo local cayó, con marcador de una carrera por cinco. No obstante, al concluir la serie nacional ese año, otro equipo matancero, Citricultores, se llevó la corona.
Este año de tantas “causalidades” (porque no se puede creer tanto en las causalidades), de tanta entrega para tener un estadio más bonito, de tanto apoyo de la afición y de tanta pasión tal vez los aficionados tengan razón, y Víctor con sus muchachos logren que el Victoria sea de nuevo el estadio de un equipo VICTORioso.
Video del Estadio Victoria de Girón remozado
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