Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

viernes, 27 de abril de 2012

Los Lineamientos no pueden ser una moda…

El mismo día que salieron publicados los Lineamientos de la política económica y social de la Revolución, un viejo economista matancero, retirado ya, mientras hacíamos la cola en la placita del barrio, nos comentó a mi esposo y a mí la alegría que le había producido leerlos. Lo más importante para él era romper la inercia, y lo que estaba escrito allí era el primer paso.

Pero, ¿qué ha pasado con los Lineamientos? No he vuelto a ver al viejo economista, que dicho sea de paso, ocupó puestos importantes en la economía de la provincia de Matanzas, pero imagino que debe estar algo desilusionado.

Y no precisamente porque los Lineamientos no cumplan las expectativas de lo que el pueblo espera debe ser cambiado, o no se avance lentamente en el cumplimiento de sus directrices, sino porque han pasado a ser para muchos dirigentes consigna, bandera y moda, una tendencia que puede convertir a un proyecto trazado para mejorar nuestro sistema en otro intento baldío.

Otro avezado economista matancero me decía que lo más difícil de llevar los cambios a la práctica es que muchos de los dirigentes con que cuenta el país a todos los niveles, no son lo que precisan los Lineamientos.

Los Lineamientos están de moda, cuando deberían ser plan de acción; se burocratizan, cuando debían agilizarse y muchos los aprenden de memoria, cuando deberían convertirlos en plan de trabajo, en material de estudio, donde todos los días aprender algo o encontrar respuestas.

Informes van y vienen sobre el cumplimiento de los Lineamientos; se convoca a reuniones para analizarlos en cada sector y ya no se habla de ellos analíticamente, sino que se les ha resumido a un número: según el Lineamiento tal…

A quienes creemos verdaderamente en el valor de los Lineamientos nos duele tanta incomprensión. En ellos está parte de lo que este país necesita para salir adelante. Pero es imposible que funcione si seguimos apegados a los mismos métodos y queremos arreglar la economía desde detrás de un buró.

El cumplimiento de los Lineamientos no se puede verificar a través de informes que suben o en una reunión, hay que revisarlos donde tienen lugar los cambios. Menos reuniones y una política de cuadros más acertada podrían ayudar.

Pero lo principal es cambiar la mentalidad. Es cierto que este llamado también se ha puesto de moda, pero es la mayor verdad de todas cuantas se dicen. Para que los Lineamientos funcionen se necesitan dirigentes mejor preparados, más comprometidos con el destino de Cuba y menos con sus cómodas posiciones.

Se necesita variar los estilos de trabajo y de dirección, eliminar el burocratismo, el “informismo”, el conformismo, las verdades a medias, los silencios cómplices, la desidia; y mirar la realidad a la cara, con sinceridad, porque solo reconociendo los errores y trabajando, se avanza.

Queremos cambiar, Cuba lo necesita, pero la pregunta es: ¿lo estamos haciendo? Se han tomado medidas importantes, ha habido aperturas y cambios en la institucionalización del país. Pero, más allá de eso: ¿realmente estamos cambiando?

No es aprendiendo de memoria los Lineamientos para quedar bien con nuestros superiores que los podremos llevar a feliz término. Si los analizamos bien, ellos solo trazan el camino, no son una fórmula mágica, sino un plan de acción. El trabajo lo tenemos que hacer los cubanos.

1 comentario:

  1. loa lineamietos me reucerdan el proceso de rectificacion de errrores, lo que ahora hay mas errores

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