Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

lunes, 27 de agosto de 2012

Ganar más y más es la ley que impera hoy en el cuentapropismo

Los cubanos llevamos desventaja cuando de precios se trata. La primera es que cobramos en una moneda y compramos casi todos los productos que necesitamos en otra, o en la misma, pero a sumas equivalentes a lo que costaría en la moneda fuerte.

Me refiero al peso cubano de nuestro salario (cup) y al otro peso cubano convertible (cuc), en el cual compramos casi todo y que debemos convertir a razón de 24 o 25 por uno.

Si sacamos los productos de la bodega y otros pocos subsidiados, hoy los precios se basan en el peso cubano convertible. Así sucede en la red de comercios de productos industriales o alimenticios que venden en cup, pero a montos que casi se igualan a esos bienes cuando se ofertan en las tiendas recaudadoras de divisas.

Y así pasa también con las múltiples ofertas de los cuentapropistas; algo lógico si se tiene en cuenta que nadie invierte en el comercio para perder. Pero la idea de muchos clientes de ganar en diversidad, calidad y precios con la autorización de las modalidades del trabajo por cuenta propia, ha quedado en el aire.

Esto se suma al trato, que es malo o regular en la mayoría de los establecimientos; a la irregularidad en su apertura y cierre, a la uniformidad de sus propuestas, a la falta de garantías para el comprador y a las pésimas condiciones de sus locales de servicio, algo que parece, a la mayoría no les interesa mejorar.

Pero en cuanto a los precios hay de todo. Primero están los revendedores por cuenta propia, que compran en las llamadas popularmente “shopings” artículos de plomería, albañilería o bisutería y suben los precios en dos o tres cuc, como si el dinero creciera en los árboles.

En casi todos los locales se ofertan los mismos productos, pero los precios oscilan de acuerdo a las multas de los intermediarios. Como quienes venden no son los propietarios, tratan de ganar unos pesos por encima, a pesar de cobrar diariamente un buen salario en cuc.

Así los cubanos somos testigos mudos de cómo con el cuentapropismo hay más ofertas, más competencia, pero los precios siguen subiendo. Suena ilógico, pero es una realidad; hay mucha gente metida en el negocio y todos quieren sacar la mejor tajada a costa del cliente.

Con solo dar un paseo cualquiera nota que han subido, por ejemplo, los precios de las pizzas napolitanas y una de jamón del mismo tamaño, con dos telitas del embutido, cuesta 10 pesos. Una cuenta simple: el salario medio diario de un cubano es de alrededor de 17 pesos.

Rebajar es una palabra ajena a la mayoría de los cuentapropistas. Un dulcero que te ofrece un pastel quemado al mismo precio de los buenos, una tendera que te cobra un blumer descocido como si no lo estuviera, o un camionero que quiere llevar doce donde caben 10 sin bajar la tarifa, son ejemplos que suceden a diario.

¿Por qué les cuesta tanto a los cuentapropistas rebajar un producto que está en malas condiciones? ¿Acaso esperan por una circular o solo por la autorización del dueño?  Sin embargo, ¿cómo les resulta tan fácil subir el precio y agenciarse unos pesos de contra? ¿De verdad necesitan subir tanto los precios para sobrevivir o solo tratan de llenarse los bolsillos?

¿Hasta cuándo los clientes vamos a seguir perdiendo?  ¿Hasta cuándo vamos a aguantar las multas? ¿Hasta cuándo permitiremos este canibalismo comercial en el cual siempre el precio aumenta?

Resulta entendible que para ellos tampoco es fácil, que adquirir las materias primas se hace cada vez más difícil, que no tienen acceso a las tiendas mayoristas y que deben pagar impuestos y licencia. Pero deben encontrar un equilibrio entre sus gastos y sus ganancias, sin afectar tanto a quienes son su razón de ser.

La solución está en parte en manos de los propios clientes, que tenemos que aprender a regatear, a no aceptar un producto cuando está dañado, a exigir porque se rebaje y devolverlo si está en malas condiciones.

Pero está también en los organismos reguladores, que no pueden dejar de la mano el desorden que impera hoy en el cuentapropismo. Hay que parar a tiempo las ilegalidades disfrazadas de legalidad, la falta de condiciones, de higiene y sobre todo, la reventa impune de productos.

Los clientes cubanos merecemos respeto, no solo por aquello de que el cliente siempre tiene la razón, sino porque el dinero no nos cae del cielo.

2 comentarios:

  1. Comparto con usted muchos de los criterios pero eso sí, ojo, que la calidad de servicios del estado es peor que la de los cuentapropistas, los cuentapropistas invierten dinero de su bolsillo y esperan ganar frutos ($) por su inversión (dejemos a un lado si es + ó -) sin embargo los trabajadores estatales (tiendas en divisa, cafeterías etc.) roban deliberadamente al estado, multan los precios normados (estos si están normados, mal pero lo están) y se las arreglan para engañar la cajita registradora de 20 maneras, con refaunds, sacando productos con los códigos de otros, cuadrando con el camionero del almacén que le trae mercancía de más a un precio más económico para que ellos busquen y el también gana. Como usted ve la situación es mucho más complicada de lo que se plantea, lo que evidencia un descontrol total de los recursos en nuestro país que son robados cotidianamente y las perdidas no las paga nadie, le pregunto, si no somos capaces de controlar el robo (casi armado y a gran escala) del sector estatal (hay que ser ciego para no verlo) como usted cree que pueda evitarse el descontrol de precios en los cuentapropistas. ¿Quiere la respuesta?, es muy básica, tan básica que no se la va a creer. Imponer un pago de salarios “dignos” a los trabajadores y eliminar la doble moneda, créame esta es la única solución. Lo demás son parches puestos en el aire para solventar el momento.

    Mario Félix

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    1. Mario, tiene toda la razón, es un tema muy complejo... eso que usted dice también pasa y da para una tesis. Yo también creo que la solución económica cubana pasa por eliminar la doble moneda que no es más que una cortina de humo... y subir los salarios, el lío es de dónde se saca para hacer es, porque habría que redistribuir el presupuesto estatal de otra manera y cambiar muchas cosas a nivel macroeconómico... habría que descentralizar, habría que dar independencia económica a las empresas, habría que borrar a las improductivas... en fin, el mar. Oiga, es como para volverse la cabeza agua cuando uno se pone a analizar estos temas... Pero el cuentapropismo hereda los males de sector estatal... casi todos... En una cosa estoy de acuerdo con usuted, si no se controlan estos mismos fenómenos en el sector estatal, es muy difícil hacerlo en el particular.

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