Ojalá encuentren aquí un pedazo de Cuba, de su alma y de su gente... un poco de Matanzas, y un poco de mí

miércoles, 14 de octubre de 2020

Que no nos gane el cansancio


La Covid-19 nos tiene hasta el moño. Nos ha secuestrado el 2020 completo y amenaza con seguir. Tantos planes pospuestos, cumpleaños y bodas sin celebrar, abrazos y besos dejados de dar. Tantas obras detenidas y producciones sin consumar.

Meses de cuarentena, de restricciones, de no pisar la calle o hacerlo con miedo. Cansados de tanto alcohol, del olor insoportable a cloro, de las manos arrugadas por tanto lavado, del nasobuco que nos ahoga, del distanciamiento físico y social  que va en contra de lo que hemos sido siempre: seres sociales.

Cansados de los indisciplinados, de las colas, los coleros y los abusadores, de la escasez de alimentos, de la gente que solo critica y no trabaja. Hastiados de tanta información, de solo escuchar hablar de la Covid-19.

Familias que lloran la pérdida de un ser querido, pacientes con secuelas para toda la vida.

Hay un cansancio colectivo, social y pareciera que la luz al final del túnel es aún pequeñita por más que se esfuercen nuestros médicos y científicos, por más candidatos vacunales que se prueben.

La Covid ha venido a confirmarnos nuestra fragilidad, lo pequeñitos que somos ante el poder de la naturaleza.

Pero, ¿qué hacemos?  Podríamos cortarnos las venas o cruzarnos de brazos y esperar que la Covid-19 acabe con la humanidad.

Podríamos, pero, ni lo hemos hecho ni lo haremos.

Saldremos de esta como hemos superado tantas crisis porque somos una especie de valientes, no superiores a ninguna otra como hemos llegado a creernos, pero sí una especie “resiliente”, adaptable.  

Precisamente en eso residirá nuestra victoria sobre la Covid-19, en nuestra capacidad para reinventarnos, para adaptarnos a las nuevas condiciones. Pero para eso tendremos que replantearnos modos de hacer y comportarnos.

Los cubanos tenemos una capacidad asombrosa de resistencia, puesta a  prueba en las más difíciles condiciones; una resistencia que nos permitió sobrevivir a aquel que llamamos Periodo Especial.

Nos la han puesto dura ahora. Antes de la Covid-19 ya nuestra economía, que no ha logrado nunca despegar, se resentía y como si fuera poco, el  loco que tienen por presidente en los Estados Unidos, nos aprieta el cuello con el bloqueo económico llevado a su máxima expresión.

Cuba ha enfrentado la Covid-19 con una dignidad que asombra, con una efectividad que tranquiliza. Ha puesto por delante de todo la vida, al ser humano, que es la esencia de nuestro sistema social.

No ha sido ni es perfecto, pero no nos hemos sentado a ver pasar  la Covid-19, a ver enfermar o morir a los cubanos. Es más, en medio de tantas carencias se desarrollan vacunas y brigadas de valientes de la  Salud van a ayudar a otras regiones del mundo.

El cansancio nos alcanza a todos, a los que llevan meses al frente de la batalla contra la Covid-19 desde la dirección del país, pasando por los Consejos de Defensa provinciales hasta la base, a los que trabajan en los hospitales y centros de aislamiento, al personal de salud que le mira la cara a la Covid-19.

Cansados los que doblan el lomo en las comunidades o en el surco, aquellos a quienes les ha tocado organizar las colas, los compañeros del orden interior que han cumplido disimiles funciones, quienes han sido reubicados y los que no han podido trabajar más.

Cansados los niños que no tienen la misma libertad de antes y algunos que no han tenido ninguna, los adolescentes y jóvenes limitados en su vida social.

Es humano sentir cansancio. Hay que decirlo, gritarlo si es preciso y buscar apoyo. Habrá que comprenderlo y tener más tino con todos. La realidad no se asimila igual cuando estamos cansados. Con los  ojos nublados no se distingue igual. La sensibilidad está a flor de piel.

Miente quien diga que a esta altura no está cansado de la Covid-19 y su saga. Estamos hastiados, saturados, fatigados, reventados “obstinados”, pero lo que nunca podremos hacer es rendirnos, bajar la guardia, dejar que nos gane. Eso que dijo el presidente Díaz Canel será una realidad en Cuba y en el mundo: ¡Viviremos y venceremos!

 

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